Ahí donde otros autores encorsetan su ritmo interno bajo lo retórico, en Bazalar suena suelto y anárquico. Y sentí que me corrían algunas lágrimas por la cara. Reynoso tenía facilidad de palabras y se movía entre ferias del libro y colegios, o en eventuales mesas de bohemia. Había algunos chicos y chicas extranjeros entre ellos que apenas chapurreaban el español. Si aquí me daba un síncope, ya no me importaba. Somos una biblioteca especializada que facilita el acceso público y gratuito a obras y revistas relacionadas a la literatura peruana y extranjera, así como de disciplinas afines. Todas las noches, antes de dormir, pienso en Carmencita y le pido perdón. Casa de la Literatura San Germán. ¡Cuatro librerías! En todo caso, compartían los ingresos y los gastos que tenían. “Buenos días. Reservar (Quedan 20 plazas) Este curso pretende poner en valor la sostenibilidad y circularidad en la moda de la mano de personas expertas y a través del desarrollo de … El tema de esta novela entonces nos arroja hacia nuestra propia época, en un ejercicio de memoria, conectando lo histórico con los personajes, protagonistas de una época en crisis, donde los goces mundanos no logran responder las interrogantes de quienes se atreven a observar interiormente. Estaba convertido en el hombre-caca, del culo para abajo. Leer el libro en versión online aquí: https://www.academia.edu/86606429/Ciudad_Lila_Julio_Barco. No importa que su Lima no sea la Lima que observamos, porque lo enriquecedor de la literatura no es copiar la realidad, sino, interpretarla. La supuesta librería –ayer o antes de ayer fuimos a verla– era la biblioteca de un vejete de Malasaña que ha puesto en venta sus existencias antes de partir al otro mundo, una colección variopinta de libracos mal conservados que el puñado de personas que estaba allí cuando Osorio y yo entramos a echar un vistazo hojeaba y manoseaba antes de devolverlos a los polvorientos estantes. A mí me gustaron mucho los animales en mi juventud e incluso en mi madurez tuve un perro al que le leía poemas de Cernuda y García Lorca. Creo que solo una cosa hice mal en la vida: abandonarla por una mujer que no valía la pena…”. Hay menos pobreza que antes, por ejemplo, y eso es una gran cosa. Nuestro acuerdo solo es llamarnos todas las mañanas para saber si alguno de los dos se ha despedido de este mundo y dar parte a la policía, para que desaparezcamos en el fuego. Yo ya había visto hologramas en ferias y exposiciones y en museos, pero esas figuritas en tercera dimensión nunca me dejaron maravillado. Me temo que al final ellos terminen por ganar la partida y que, al igual que Singapur, la primera ciudad paper free del mundo, también España y Europa entera acaben carbonizando sus libros, bibliotecas y hemerotecas privadas y públicas. Las estadísticas dicen que las clases medias son el ochenta por ciento de la humanidad. Recordaba este lugar e, incluso, pensé que allá, en la noche de los tiempos, había paseado por aquí, cuando caminaba o incluso corría en el Paseo del Pintor Rosales, que, por supuesto, estaba cerquita, en esa dirección. Caos y experiencia, pesadumbre y fiesta: el lenguaje busca representar la música de un universo en perpetua destrucción y abismo. Hay estudios científicos y militares al respecto. Y en maldita hora el amigo Osorio me había dejado allí, solo y olvidado –¿cómo se llamaba mi amigo? Yo sabía que iba a ser así. Los miércoles y sábados 2, 5, 9, 12, 16, 19, 23 y 26 de setiembre de 2020, de 6 p. m. a 9 p. m., la Casa de la Literatura Peruana ofrecerá el taller práctico a distancia … Es muy corta. Creo que esto pasa en varias regiones”. Aquí se investiga la literatura y se reflexiona acerca de ella con el fin de establecer nuevos puentes … No he visto un ejemplo más flamante de la devaluación del sexo entre los jóvenes, justamente ahora que se ha alcanzado lo que hace apenas medio siglo parecía inalcanzable: la libertad irrestricta para practicar el sexo de cualquier manera, en cualquier parte y con quien sea. ¿Qué había sido aquello entonces? Este escenario no puede alejarse de contexto político nacional, donde fue predominante la política de la más radical izquierda, que congregó a diferentes movimientos en una guerra contra el Estado. Había desbordado el calzoncillo y manchado las piernas. Nos tuvo, a la media docena de invitados, sorprendidos y maravillados del principio al fin de la noche. ¿Por qué tenía tantos? Lo digo por mi discusión del otro día con Osorio después de la cena donde los Arismendi, esos millonarios o más bien billonarios. Simplemente, compruebo un dato objetivo. Sentía las piernas amodorradas y pensé que me convendría dar un paseo. Asimismo, no deja de lado la coyuntura política, sintiéndose decepcionado del Presidente Pedro Castillo, así como de las instituciones del Estado, viéndolos como una oposición extrañamente “agresiva”. Como son tan pacíficos y no suelen hacer mítines, ni acampadas, rehúyen a los medios y son antigregarios, pasan algo desapercibidos. No, lo hace para los estratos populares. ¡Quién lo hubiera dicho! Disimulando, como si la turbación que sentía pudiera ser advertida por la rala gente que pasaba, me acerqué a la esquina y observé atentamente el letrero que colgaba en lo alto de la pared: Plaza Jacinto Benavente. Tiene el poder de aglomerar más sentimientos mentales, tiene la capacidad de arrojarnos diferentes interpretaciones de espacio y tiempo; sin embargo, la propia poesía, en su musicalidad, tiene la ventaja de lo resumido. Sí, qué rico. Vagamente pasó por mi cabeza la idea de que podía quedarme muerto de un síncope antes de llegar a mi cuartito y a mi baño. En busca de la sonrisa encontrada podemos afirmar este goce textual: Leer estos textos es abrir una ventana para contemplar la aventura de la vida desde el goce fáustico de la palabra y de los sentidos. Es verdad que todo lo que había en el caserón de Recoletos está ahora digitalizado, al alcance de cualquier pantalla. Allí se halla uno de los conventos más antiguos de Madrid, lleno de cuadros, que solo se abre al público los domingos y donde hay siempre una larga cola de gente para entrar. Por otro lado, el autor del poemario “Andes Ground” (2019) ha resaltado el homenaje que se le ha dado a la escritora indigenista Clorinda Matto de Turner (Cusco, 11 de noviembre de 1852 – Buenos Aires, 25 de octubre de 1909), en ocasión de la celebración del festival, considerando que el Perú aún mantiene una gran deuda con esa escritora, periodista y luchadora social. Solo que no hablo con Osorio nunca de ella. En cambio, en Perú pareciera que quieren que desaparezcan. Algunos se habían arreglado para recibir pensiones del Estado. En ese sentido, hacer poesía es participar en el diálogo de una época: esta voz, por eso, resulta necesaria de atender, por su singularidad y crítica. Hablar es mostrar y mostrarse. Hablar de la narrativa peruana última es sujetarnos a diferentes enfoques de nuestra propia tradición. Será divertido asistir al primer matrimonio de un hombre y una perra o entre una mujer y un mono. Cuando me desperté estaba con escalofríos y había disminuido la luz natural. Lo que las religiones serias hacían con elegancia, belleza, complejidad intelectual, ahora es monopolio y ganapán de pícaros, hechiceros de tres al cuarto y analfabetos. Al principio, me miraron con desconfianza, aunque sin hostilidad. En vez de llamarlo me acurruqué; traté de olvidarme del sudor, me encogí mucho, hasta tocar con mis rodillas mi mentón, y esperé que llegara el sueño. Fue una larga operación, pues seguía muy cansado y con mi corazón latiendo en mi pecho como desbocado. La mirada. Los “desequilibrados” son pacíficos y no creo que maten ni a las moscas. Cierto: la prosa del mexicano Rulfo mantiene un estilo bastante cuidado, donde la prosa logra atmósferas solo concebidas por la poesía. Desde que entré sentí tanto asco que me dieron ganas a mí también de arrojar el alma en aquellos pudrideros. Tendría padres, sí, pero no se acuerda de ellos, ni de si tuvo hermanos, y asegura definitivamente que nunca estuvo casado. Toda mi época es luz en una conversa de sueños podridos. La Lima reynosiana tiene sinestesia: sabor, olor, textura: verde caramelo de menta, semáforos. Precisamente por eso no voy. Libertad bajo Palabra / Percy Vilchez Salvatierra, https://www.academia.edu/86606429/Ciudad_Lila_Julio_Barco, Staff Lima Gris / Web – Revista – Radio – TV. Seguramente, aunque no lo recordaba. Mi esperanza está en el movimiento de los “desequilibrados” que se ha extendido tanto por el globo, no solo por España. El inicio, la oralidad del primer diálogo es importante: Reynoso capta el decir de la calle, escucha el ritmo del hablar diario, embalsamado de refranes, de ritmos, de palabras con más tono y peso, palabras que guardan una distancia con lo dicho y ofrecen contrastes; y, luego, escribe. Miré al cielo y estaba limpio y radiante. Y, por supuesto, me vino una cadena de vientos. La síncopa de los versos, son como el latido de la ciudad: indiscreta, perturbadora, cruel. La poesía como realidad íntima y la prosa como expresión de lo cotidiano: Afuera justifican el silencio y se pudre la verdad, Afuera mueren escarabajos del engaño sometidos, Afuera violan niños y los queman en las canastas navideñas (Pequeña novela posplástico, pág. Pero lo cierto es que su manera de ser y de vivir ha tocado alguna fibra íntima de muchos jóvenes de la última generación. El también antropólogo desde hace muchos años se viene haciendo un nombre, a pulso, dentro de la poesía peruana. Es uno de los escasos recuerdos de mi niñez, de esa infancia que se me ha borrado, salvo recordar que fui feliz mientras no supe la horrible manera en que las señoras se quedan embarazadas y paren a los niños. Tuve pesadillas y todavía las tengo, pues siempre detesté a esos horribles roedores. Lo sentía en mi pecho crecido y latiendo de manera exagerada. (La última vez que hice el amor sin ayuda química fue hace unos diez años, creo, o por ahí, me parece.). Es el único episodio de mi remoto pasado que mi memoria no ha olvidado; y me atormenta todavía, sobre todo en las noches. No tenía noción alguna de qué dirección tomar. Lima Gris llegó a la ciudad imperial para cubrir todos los días de la novena edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) del Cusco, donde pudo conversar con el escritor y editor Mario Guevara, quien nos habló sobre la movida literaria de su ciudad y cómo se encuentra en un segundo plano, a comparación de los escritores de la capital. No me ponía en pie todavía. Objetivos y contenidos: Proporcionar una visión de conjunto sobre las crisis ambiental y climática. Pensé inmediatamente en llamar a Osorio, pero me desanimó la idea de que era muy tarde y mi amigo solía acostarse muy temprano. Fui a la manifestación por la clausura de los cines Ideal, en la Plaza de Jacinto Benavente y, apenas acababa de comenzar, me sobrevino uno de esos vientos intempestivos que ahora me asaltan con frecuencia. Mi distanciamiento sucedió mucho después, ya en el nuevo milenio. Se llamaba ‘Origen’, ahí fue mi inicio en el mundo de las revistas, que en Perú no cuentan con ni un apoyo. El director de Cascahuesos también criticó a las autoridades arequipeñas: “El Gobierno Regional o la Municipalidad Provincial, tienen grandes presupuestos para el aniversario de Arequipa, pero no tienen presupuesto para hacer un fondo editorial o para poder contratar derechos de autor. Esta en un gran avance por los jóvenes, mayormente en la poesía que en la narrativa. Sabía que podía caminar, pero, eso sí, despacio, alargando las piernas, la derecha, la izquierda, sintiendo algunos calambres, la derecha, la izquierda, pero con la confianza que me daba haber recuperado la memoria y saber perfectamente dónde estaba mi casa. Según él, los viejos ideales de justicia social y de sociedades igualitarias y perfectas simplemente ya no exaltan a las nuevas generaciones, pues lo que había en ellos de realizable ya forma parte de la vida moderna. Cuestiona y resignifica el anclaje connotativo: es un lugar no muy seguro, hay una opresión, un corazón desvalido, en un espacio del desamparo. Aman los afeites y los fármacos, menosprecian el sexo y son vegetarianos recalcitrantes. Solo que como la atención es una sola, y el cerebro también uno, una operación simultánea de esta índole hace que el espectador termine concentrándose en los pedacitos de pantalla portátil y distrayéndose completamente de la ópera que, en teoría, fue a oír y ver. Reconozco que, en muchos aspectos, el mundo de hoy es mejor que el de mi juventud. Un enorme logro, ojalá sea cierto. ¿En qué se diferencia de la poesía? Era algo que había ganado. Estoy muy cansado. De Arequipa también son Hidalgo, Montesinos, A. Guzmán. La lectura se desliza, incrementando la incidencia de un yo autobiográfico hacia vivencias vertiginosas en el entorno social; palabras que celebran y no transige su propio destino de poeta. Sabía que tenía los calzoncillos llenos de mierda, porque en el sueñecito de la avenida del Pintor Rosales se me había salido la caca, y no me importaba tampoco. Eso sí, predican con su ejemplo. Y, acaso, luego del desastre, se impondrá la sensatez y reinará la paz sobre lo que quede de la tierra. Debería presentar papeles, que, por supuesto, no tenía conmigo, y todo sería confusión y una terrible pérdida de tiempo. Despilfarran el dinero en otras cosas pero no en el aspecto cultural”, mencionó Córdova. (¿Soy acaso un ludita? No soy un antediluviano en todos los sentidos, por lo demás. Pasando a tu trabajo como escritor y editor, ya son 31 años de existencia de la revista ‘Sieteculebras’, ¿en qué número ya van? Funcionaba muy bien y, una vez que la caca desapareció y el retrete estuvo otra vez limpiecito, solté la ducha y calculé que saliera el agua tibia y me bañé, limpiándome las piernas y el trasero con cuidado, hasta comprobar, una y diez veces, que tanto mi trasero como mis piernas quedaban impecables. “¿No basta con que tengamos que expulsar cada día nuestros excrementos?”, intervino con beligerancia un jovencito, casi un niño, que hasta entonces no había hablado. Lo que él llama “librería” es uno de esos simulacros que nos rodean, una de esas luciérnagas que en la noche se prenden y se apagan casi al mismo tiempo. La obra recrea la histórica atajada del actual arquero del Aston Villa de Inglaterra en la final del Mundial de Fútbol, quien a los 122 minutos con 43 segundos tapó con su pierna izquierda el remate de Muani que permitió al seleccionado argentino mantener el empate y llegar a los penales, donde el propio Dibu Martínez volvió a tener un rol fundamental para que … Pero Osorio –cuándo no– me aseguró que, luego de un primer momento difícil, el olfato pertinaz perdía el asco y empezaba a entender el significado profundo de la muestra. Minimalista, así lo llamaban. Había una brisa agradable; eso sí, tenía la sensación de que me estaban picando los bichos, sobre todo las hormigas. Medias con huecos, y tantos cuadernos, tanta escritura que pretendió descifrar nuestra forma última como un puñado de signos crípticos. No es el fin del mundo. ¿Kafka? Maldita sea. No tenía un solo papel encima; lo más probable es que, al verme confuso, llamaran a la policía y que esta me llevara a una comisaría. Sí, este no era un simple amago. ¡Qué va! Uno me preguntó si yo era de la policía. O acaso los matan los más jóvenes. Esta experiencia se transmite de modo descarnado y directo, sin lirismo. Lo vemos ahí en los colegios, sentado en carpetas toscas de madera marrón oscura, ofreciéndoles una charla sobre educación, arte, política y ortografía a un puñado de adolescentes aburridos y angustiados de tener que pasarse la hora del salón frente a un viejo canoso. Por eso, cuando la invasión de los zorros a Madrid, creo que yo fui uno de los pocos vecinos que no se asustó y, más bien, me alegré de ver que manadas de esos cánidos se aquerenciaban en todos los parques, alamedas y paseos madrileños. Increíbles los efectos que consiguen. La cena me impresionó mucho, es cierto, no por la comida, nada del otro mundo, sino por los hologramas. Perder el tiempo como ellos, allí, tumbados en la hierba, les parece un gran privilegio, porque es una rareza en el mundo de hoy. Cuando el narrador del viejo Yo romántico (como Víctor Hugo, por ejemplo) cede su espacio al narrador omnisciente, y Flaubert determina que el recurso literario debe forjarse desde lo aséptico, la narrativa cobra una dimensión de relato sociológico. La Casa de la Literatura, donde, no solamente se va a ver la literatura, sino, se va a hacer literatura, está organizada de tal manera que personas que ingresen van a poder desarrollar seminarios, talleres de escritura y lectura; tiene como objetivo incentivar el interés por la lectura y el conocimiento de la evolución literaria y sus principales representantes. ¡Vivan los gatos! Desde que se generalizó la costumbre de leer novelas encargadas al ordenador renuncié a leer las que se producen –sería ridículo decir “escriben”– en nuestros días. La poética de Julio Barco muestra un poeta sensible al entorno, a su época, al lenguaje; en Ciudad lila hay una propuesta de consolidar una obra del estar espacial, histórico, testimonial, que pone la carga significativa en dar cuenta de todo ello en un canto poético y vivencial. Una vez más revisé todos los bolsillos, como había hecho muchas veces en la mañana, creyendo que esta vez encontraría el teléfono móvil, para llamar a Osorio y preguntarle la dirección de mi casa. Siempre que encontrara mi casa. A la espalda del Palacio de Gobierno y a 100 metros de la Plaza Mayor. Los jóvenes, que antes querían ser arquitectos, luego cineastas, luego cantantes, luego chefs de cocina o futbolistas, ahora sueñan con ser cirqueros, trapecistas, payasos, equilibristas, magos. Que yo sepa, Osorio nunca tuvo familia. Había pasado mucho miedo, sin duda, pensando que me moriría en la calle como un perro vagabundo. No así en París, donde el día que cerraron la Biblioteca Nacional la protesta fue violenta, con incendio y hasta muertos y heridos, creo. Lo mismo hago con mi bañito, con su ducha, lavador y retrete, que también esta mañana limpié, barrí y sacudí como lo hago todos los días, después de tomar una ducha en la que me jabono con cuidado, sobre todo el trasero, que, con los constantes vientos del día, tengo casi siempre sucio. Gabriel Bazalar apuesta por una obra con ambos registros: tanto lo atómico como lo desparramado, su voz se torna un agente propiciador de la imagen y del sentido. Hablar de la Casa de la Literatura es hablar de la Estación de Desamparados y su historia, la misma que comienza en 1870 con Sentí de nuevo el ramalazo del terror que había tenido todo el día. Era también un producto de la cultura y, como esta se ha transformado en diversión, ni nos hemos dado cuenta de que a los viejos dioses los han reemplazado los futbolines, las imágenes de la pantalla, los circos, los dibujos animados y, sobre todo, la publicidad y sus múltiples manifestaciones que comienzan a no parecerlo. La Casa de la Literatura Peruana es la institución de referencia de la literatura nacional. Tweets por @Limagris Al respecto de la futura candidatura de Antauro Humala, el poeta no vacila en responder que los ciudadanos peruanos cada vez que van a las urnas crean un mundo muy parecido a las novelas de García Márquez: “Estamos en el país de las maravillas, aquí todo es posible”. Teatro Victoria Madrid Madrid. Pero están ahí, rodeándonos. Porque gozar de un estómago que funciona con la puntualidad de un reloj suizo impedía a las personas sucumbir a la neurosis, la causa primordial de los suicidios que se registran a diario en toda Europa. Me sentía más resignado con mi suerte. Menos mal. Las reglas del mercado no favorecen la poética. A su izquierda tenía la calle que conducía a mi casa, bueno, a mi cuartito con su baño. Volviendo al literato: asimila la calle, la jerga, lo popular, pero con ojos de niño, de poeta, con ojos limpios. 10/01/2023 a las 16:34h. Entre los vídeos y documentos que hay en internet, sorprende encontrar uno (https://www.youtube.com/watch?v=8LA7IzH1j2Y) donde el escritor regresa a Arequipa, junto al narrador Orlando Mazeyra; en este vídeo se observa al autor tocando puertas y descubriendo una donde estaba una sobrina de su profesora, la señorita Alicia, y que nos permite entrar más a fondo en la vida adolescente del autor. Ahora se habían convertido en pequeños circos, menos interesantes que los grandes circos, las únicas instituciones, confieso, que han progresado en esta época hasta transformarse en verdaderos espectáculos artísticos. Me imagino que por culpa de la pandemia no ha habido los fondos suficientes para esta edición porque no se han invitado a tantos escritores internacionales. Pero nadie se dio cuenta a mi alrededor. A ningún joven madrileño le importa que desaparezcan los últimos cines de Madrid; jamás ponían los pies en ellos, se habían acostumbrado desde niños a ver las películas que ordenaban –si se puede llamar películas a esas imágenes que divierten a las nuevas generaciones– en las pantallas de sus ordenadores, sus tabletas electrónicas y móviles. Según asegura, le habría hecho llegar a la cantante los documentos gráficos. Caminar por la estación desamparados me despierta la memoria, recuerdo cuando niño la primera vez que llegue allí, fue en busca de un viaje a Chosica con mi familia, tenía siete años, era totalmente distinto todo, la palabra tren me emocionaba y me hacia imaginar estar en una nave de hierro, era como un juguete gigante, que al escuchar el silbido lejano y el motor furioso me sentía como un capitán. Claro, cuando vienen amigos de Colombia o Bolivia es posible que las ediciones puedan salir del país. Era un dolor múltiple, que interesaba los músculos, los huesos, las venas, los tendones. Y, por supuesto, en la librería del vejete tuve un viento que no pude disimular. Leer este poemario nos arroja, de manera imprevista, un súbito lirismo sucio y descripciones al borde del delirio de la ciudad. No era la primera vez que me ocurría esto. Haciendo memoria, Reynoso también se me presenta en el parque de Huancayo, allá por el año 2013 en una Feria del Libro, donde fuimos junto a Omar Livano -poeta tajador- y su novia de entonces; y Nelcy, una amiga que estudiaba inglés y de reynosiana sensibilidad. ), la Marlborough, de Madrid, exhibía bajo el título Arte para la fantasía y la imaginación unas pinturas inmateriales del famoso Emil Boshinsky. Y, eso sí, todos jóvenes. Ni siquiera me acordaba de eso, tampoco. A bordo, el BMW M2 2023 incorpora asientos deportivos M fabricados en fibra de carbono, el volante específico de los modelos M y toda la tecnología de la casa, incluido el sistema de infotenimiento BMW Curved Display, compuesto por dos pantallas curvas de 12.3 y 14.9" con servicios en línea y asistente virtual inteligente. domingo, 1 de enero de 2023. Todo se ha vuelto muy práctico en esta vida, sobre todo la política. ¿Esa fricción que hubo en ese momento generó tu distanciamiento? Ella nunca me perdonó, por supuesto, jamás pude amistarme con ella, y, para colmo, Carmencita se casó con Roberto Sanabria, mi mejor amigo hasta entonces. Cuando yo les pregunté cómo hacían para comer, cómo ganan su vida, se sorprendieron, igual que si se tratara de algo sin importancia. Se quiebran las lunas de este prólogo, ahora les toca recorrer el camino solos. De esa pichula que ahora ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí. Cuando recordara mi dirección, me tranquilizaría. Literatura hablando de literatura. La metáfora es clara como la dorada cerveza: escribir es utilizar todos tus recursos internos, incluso los más miserables e ínfimos. Lo que me quedó más claro, en lo que todos ellos están de acuerdo: nuestro sistema no deja a la gente tiempo para malgastarlo. Las figuritas saltan de las pantallas, te miran a los ojos, se te sientan en las rodillas, se esconden debajo del sofá. A eso nos ha conducido la cultura de nuestro tiempo. Ya le he hecho llegar a Shakira que tengo las pruebas de cuándo, cómo y dónde la engañaste", ... "El arte de la literatura es dar cuenta de lo invisible" 11/01/2023. Por ende, estas poéticas son parte de una época dura y de un contexto de capitalismo salvaje; áspera dualidad que no impide la rabia del verso. Como te digo, eran 22 mil metros cuadrados, y si ahora sacamos números actualmente el metro cuadrado cuesta más de 2 mil dólares, y en total serían casi 50 millones de dólares. Iba, cuando me llevaban mis padres, pero no me moría por ellos, como mis amigos. Tal vez esa celebérrima libertad sea la causa de su devaluación. La orina del zorro apesta y en esas semanas se vio a mucha gente en la calle con arcadas o vomitando, descompuesta por el mal olor que todo lo impregnaba. Nadie le dio importancia, salvo Osorio, por supuesto, que sonrió con una de sus sonrisas luciferinas y movió por un instante, disgustado, las aletas de su nariz. Pero en vez de quedarme idiotizado, compadeciéndome de esa pequeña catástrofe, me saqué el calzoncillo, eché toda la caca que contenía en el retrete y jalé la cadena. 5 libros para refrescarse y disfrutar del agua y del verano con las personas más pequeñas de la casa #LijEnInfobae: una selección de libros donde el agua es protagonista. Sí, justamente este sábado 5 de noviembre la DDCC (Dirección Desconcentrada de Cultura) del Cusco me otorga un reconocimiento por los 40 años de trabajo que tengo dentro de la literatura cusqueña y peruana, y creo con justicia porque me lo merezco. El único novelista que queda vivo y pataleando en este planeta es el ordenador. Ahora recordaba que esa corta callecita era la de mi casa y que se llamaba, por supuesto, claro que sí, y lo repito de nuevo: la calle de la Flora. Llegué por fin a una plaza: la Puerta del Sol. Cuando le dije que me parecía una curiosa paradoja que los jóvenes hayan empezado a despreciar el sexo, es decir, a materializar lo que los curas querían inculcarnos cuando éramos jóvenes –aunque muchos curas lo practicaban a escondidas al derecho y al revés, sobre todo al revés–, precisamente cuando las religiones comienzan a encogerse como pieles de zapa, Osorio me rectificó: “Se encogen las iglesias, no la religión.” Tuve que darle la razón. Claro, ahí se perdieron casi 22 mil metros cuadrados; en ese lugar se podría haber hecho el Museo del Tawantinsuyu. Y añadió: “su sentido metafísico”. ¿Era esta la Plaza de Oriente? No a las plantas ni a los animales en todo caso.”. Los horarios de atención al público es de Lunes a Domingo de 10 am a 8 pm. 3. Me había echado en el pasto y me sentía tranquilo. Así lo parecía al menos. Cuando discutían sobre qué película irían a ver, yo estaba siempre contra la idea de soplarme alguna del Pato Donald, el Ratón Mickey o Popeye y la flaca Olivia. Me sequé la cabeza con insistencia, pasando la toalla por mis pelos una y otra vez, recordando una vez más que mi abuelito, en la noche perdida del tiempo, solía decirme que no era bueno dormir con la cabeza mojada, porque me podía volver loco. Su defensa del ascetismo no estaba inspirada en la fe religiosa, sino en una moral laica, o, sorprendentemente, en la higiene. No lo soy en muchos sentidos, en todo caso. Desde la Plaza Mayor de Lima es muy fácil llegar a la Casa de la Literatura Peruana. Abandonar a Carmencita es un episodio que me atormenta todavía. Es curioso. Las fibras de esos jóvenes inocentes se estremecían: que no sabían que la literatura trababa de ellos. ¿Escarabajos del engaño sometidos? Casa de la Literatura Peruana is a leisure, travel & tourism company based out of 207 Jirón Ancash, Cercado de Lima, Peru. Hombre de ideas donde se mezclaba su conocimiento de la Historia Peruana, la Literatura Francesa, la Guerra entre Sendero y el Estado… Ese rey de los diálogos, la buena charla, las citas exquisitas y los comentarios profundos de política y toda clase de temas. Luego de una larguísima pausa, uno de ellos murmuró: “Nuestro cuerpo es sagrado y hay que cuidarlo.” Para ellos, en verdad, lo sagrado son las perfumerías y las farmacias. El grito de Asterión permite observar una primera capa de influencia indigenista, pasando por el realismo hegemónico, y, finalmente, como una suerte de novela de iniciación espiritual. Este mundo no da opciones a ningún tipo de arte, salvo el crear un soporte vital; y todos los poetas, lo saben. Había salido tan de prisa esa mañana que me olvidé de sacar esas llaves, pues las dejé colgadas donde estaban todavía. ¿Lo despertaría? Líneas arriba, el poeta horazeriano Castillo hablaba de otorongos, para referirse quizás a la propia intensidad: Reynoso eligió otro animal: un insecto: el Escarabajo. Me imagino el diploma de doctor en Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa.). Mi pobre madre, que en paz descanse, cuando escuchó estas noticias y vio la escena en la tablilla digital lanzó un grito desgarrador y perdió la conciencia. Ahora la Iglesia ha dejado de ser ese refugio: es una prolongación de la vida de todos los días, donde casi todo está permitido, donde ya no hay tabúes ni dogmas inflexibles. ver una estrella sobre el cielo sobre Lima, pero no hay nada. No es imposible que tenga razón. Los pesimistas creen que, si estalla, el globo entero se desintegrará por el cataclismo nuclear. Orwell no imaginó que esta podía ser la evolución de ese “socialismo libre” que él imaginaba y que era simplemente imposible. El accidente nuclear en la ciudad de Lahore –accidente que se pudo deber a una acción terrorista, nunca se logró determinar el origen– causó más de un millón de muertos, en cuestión de pocos minutos. Me horroriza la idea de pasar toda la noche sentado en una banca, muerto de frío. Pobre viejita. No sería raro que acabara con nosotros, los humanos. ¿Qué tenía? Si eso no es decadencia, no sé cómo llamarlo. No estaba asustado, solo adolorido. La callecita de la puerta falsa del Teatro Real la conozco muy bien. Me quedé un poco confuso con tantas contradicciones y vaguedades, la verdad. No me acordaba, por supuesto, de la dirección de mi casa, ni del nombre de su calle, pero el miedo había disminuido. Sentía mi corazón latiendo fuerte en el pecho y pensé inmediatamente en el infarto. Amor en los adultos mayores: ¿Cómo recuperarse después de una separación? Por lo pronto, no tengo “una casa” sino un cuartito diminuto con su baño, y, en segundo lugar, mi ordenador es casi tan pequeñito como un libro antiguo. Las comparaciones son odiosas, pero a veces toca mirarse con sus vecinos más cercanos, y eso lo sabe muy bien Pavel, quien mira con envidia sana las ferias en la ciudad de México, en donde se acostumbra año a año a realizar en la Plaza de la Constitución, o mejor conocida como el Zócalo; o la que se realiza en Buenos Aires – Argentina, en la Plaza San Martín. Nosotros, los de la azotea, no tenemos derecho a usar el ascensor. Hubo un tiempo donde se lo robaron, así que pusieron un segunda que ya nadie pudo robar porque llegó la pandemia y el bar fue clausurado. Casi al instante comenzó eso que llaman una taquicardia acelerada. Si para Gastón Bachelard la poesía era una suerte de droga (pues permitía imágenes psicotrópicas), veremos en este poemario muchas imágenes que rozan esa experiencia desde un lenguaje tanto onírico como abismal. De qué y a quién podía servir la Iglesia en esas condiciones. Me interrumpió, feliz, como si me hubiera sorprendido haciendo algo malísimo, masturbándome por ejemplo. Creo que solo una cosa hice mal en la vida: abandonar a Carmencita. Había una veintena de muñecotes que vomitaban, orinaban, defecaban o supuraban unos líquidos –llamémoslos por su nombre: mocos– por las orejas y por las narices, que, para apreciar a cabalidad el significado de la muestra, uno tenía que oler en unos recipientes donde dos muñecotes escurrían esas excreciones. Hace unos días, Lima Gris llegó hasta la ciudad blanca para conversar con José Córdova, director de la editorial Cascahuesos, sello literario que en unas semanas cumple 15 años de actividad, y que ya lleva más de 150 títulos publicados. Sin llamas y sin Belcebú el más allá perdió mucho atractivo para gran cantidad de fieles. Y rematé todo aquello con un vientecito rápido, secreto, que a nadie molestó. Tendría padres, sí, pero no se acuerda de ellos, ni de si tuvo hermanos, y asegura definitivamente que nunca estuvo casado. Luego de dormir y recuperarme, llamaría a Osorio y le contaría esta aventura. Cuando la Biblioteca Nacional de España cerró sus puertas también hubo una manifestación, pero, a diferencia de la de hoy, allí sí acudió bastante gente. Así fue cercano al frágil imperio de los Populibros de Manuel Scorza, donde se publicó en un tiraje alto este libro con otro nombre: Lima en rock. Sigue la senda de Vallejo y de Pessoa, de no permitir un diálogo tan cercano: de poner astillas en el mismo lenguaje. Y vendía harto, incluso antes de ser devorado por las transnacionales. La gente, los vecinos me conocían, podrían dar parte a la policía, e incluso a Osorio, que había venido a buscarme algunas veces. ¿Qué diferencia hay entre verso y prosa? Estaba pensando en todo aquello –Osorio, los cines desaparecidos, los jóvenes con sus ordenadores portátiles–, cuando sentí algo extraño en la cabeza, algo que pasó luego a recorrerme todo el cuerpo, como un escalofrío. Al pasar junto a ellas, caminando despacio, les di las buenas noches. Lo suyo no son las ideas, tan totalmente devaluadas en el mundo de hoy, sino los impulsos, las intenciones, la acción. Mientras creía que a estos se los encargaba a París y que los traían las cigüeñas, fui feliz. El fondo, el mismo, pero más pútrido: la realidad social, la corrupción, la hipocresía. Los zorros, al cabo de un tiempo, se fueron, tan misteriosamente como habían venido. (Foto: Casa de la Literatura/referencial) Durante el mes de febrero de 2023 ofreceremos talleres gratuito s, los cuales están dirigidos a familias, niñas … Siempre disimulando, di una vuelta a la plaza, escrutando los nombres de las calles. Había sentido los vientos, por supuesto, pero no que se me salía la mierda. Hice la cola y tomé unos buenos tragos de agua fresca que me sentaron muy bien. Espero no estar acá todavía cuando ocurra esa tragedia. Los demás asintieron. (Fragmento de Los inocentes (1992) Editoria: Aladino). Hay menos pobreza que antes, por ejemplo, y eso es una gran cosa. Y además: todos destacaban la forma en que postulaba imágenes, en que componía poderosos y breves poemas visuales, en que pintaba el mundo … Pero primero debes aceptar el dolor que sientes y sanar tus heridas emocionales. La fuerza de la costumbre, por supuesto. Cuando llegué a la azotea, respiré más tranquilo. Los “desequilibrados” no serían rebeldes si no tomaran distancias con ese animalismo perverso que se ha apoderado del mundo entero. Si como dicen los medios de comunicación, ya siendo 8 mil millones de personas en todo el mundo es obvio que nuestra propia interrogante ética sea cada día más inquietante. Pensaba en los museos serios, no en las galerías, que ya no eran, por lo menos en el sentido estético, lo que fueron alguna vez. Lucían unos títulos bastante llamativos como Tiburcio, hacedor de tempestades, La caperuza del monje Romualdo. Volviendo al tema. Osorio, posando de optimista, dice que ahora que han desaparecido los cines tendré que habituarme a ver películas en las pantallas pequeñas. Sí, de arqueología, cuando estudiaba ahí. Y cualquier día los científicos descubrirán que la mezcla del óleo y el lienzo es letal para la salud y habrá que quemar todas las pinturas por razones de sanidad pública. Pequeña novela posplástico es un híbrido de género, lo que resulta una propuesta refrescante para estos tiempos: [Soy la percepción o la interpretación de un cuerpo ordinario que se reestablece en la desdicha. Finalmente, cuando hice el círculo completo, me senté en una banca, tratando de serenarme. Me confesaron que todo el dinerito que ganan con trabajos eventuales y las pensiones que recibían por el mero hecho de existir lo invertían en comprarse pastillas, lociones, tónicos, todo aquello que impide el deterioro de la piel, los ojos, los dientes. Me levanté también. Que la muerte me sorprendiera en el sueño era una buena manera de morir. Es muy pequeño y lo tengo lleno de libros y papeles. La poesía no se ancla en un solo sonido: transpira, oscila, encuentra música donde hay solo desesperación o vacuidad. El broche de oro vino al final, cuando, para despedirnos en la puerta de la casa, aparecieron duplicados nuestros anfitriones, los Arismendi ficticios, que nos dieron también las buenas noches y nos desearon toda clase de felicidades. Quién iba a tomar en serio una novela fabricada por un ordenador de acuerdo a las instrucciones del cliente: “Quiero una historia que ocurra en el siglo XIX, con duelos, amores trágicos, bastante sexo, un enano, una perrita King Charles Cavalier y un cura pederasta.” Como quien encarga una hamburguesa o un perrito caliente, con mostaza y mucha salsa de tomate. (Publicado en la revista Poetas de Asfalto número 171-172). El yo poético duda del lenguaje, pero habla. Pero, en esta última, la Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. Una vez más revolví los ojos en redondo. Qué rico, taparse bien y dormirse sabiendo que me despertaría varias horas después, con la luz natural, y que aquella sería mi casa, bueno, mi cuarto y mi bañito. Es imposible gozar de un concierto, o de una ópera y hasta de una comedia ligera, rodeado de gente que no hace más que teclear o acariciar las tabletas que tiene bajo los ojos y que lanzan guiños incesantes alrededor del pobre espectador que fue al teatro con la estúpida ilusión de escuchar y ver las cosas que ocurrían en el escenario. Pero, en cambio, de Carmencita, mi mujer por muchos años, me acuerdo muy bien. “Se cerraron los últimos cines, pero han abierto una nueva librería”, me levantó el ánimo Osorio cuando terminó la triste manifestación de despedida a los Ideal. Le ruego que me permita pasar.” El señor asintió y me abrió la puerta y se retiró para que yo entrara primero. Las matanzas entre israelíes y palestinos siguen allí como demostración cotidiana de nuestra vocación autodestructiva. Es el único episodio de mi remoto pasado que mi memoria no ha olvidado y que me atormenta todavía. Estaba muy cansado y me había deprimido de nuevo. ¿No resulta extraño que en estas condiciones el sexo haya perdido interés cuando su gran enemiga, la que más hizo por erradicarlo de nuestras vidas –por lo menos en teoría–, la Iglesia católica, pierde fieles, catecúmenos, sacerdotes, hasta haberse quedado convertida en algunos países en una especie de sociedad filatélica? El sexo excitaba mucho a la gente cuando lo rodeaban prohibiciones y tabúes; desaparecidos estos, perdió su magia, y ahora los jóvenes le hacen ascos. Se me habían quitado el miedo y el frío. No encontré ninguna de esas novelitas viejas que me gustan ahora. Entonces sí que perdieron las buenas maneras. Ahora sabía quién era y dónde estaba mi cuarto y mi bañito. Acercarnos al arte de la poesía nos permite participar en la realidad de forma más intensa y despertar a nuevos matices, a nuevas realidades que se abren cuando el uso del lenguaje se expande. Solo a 10 soles. La Casa de la Literatura Peruana: diez años de intensidad y altura. Aquello era el Palacio Real, donde los reyes recibían las credenciales de los embajadores. Ya casi no voy al teatro ni a la ópera, pese a lo mucho que antes me gustaban. Pero, si las ideas en sí, desasidas de finalidades prácticas inmediatas, hubieran desaparecido, toda forma de disidencia y contestación se habría evaporado también como consecuencia de aquello en nuestras sociedades. Ni siquiera sabía que la tecnología de los hologramas hubiera evolucionado tanto como para producir los prodigios que vimos donde los Arismendi. Todas las noches, desde que cometí la locura de abandonarla, pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Esta historia que implica una etnografía social es la que se repite en muchos lados del mundo, donde la vida se torna brutal y excesiva para muchos. Nos da así un ejemplo en vida del ser escritor y comunicarse con la realidad. ¿Por qué sigo diciendo “pichula”, algo que no dice nadie en España? Me parece muy grato llegar al Cusco y saber que no solamente estas participando en un stand en la FIL del Cusco con tu sello ‘Sieteculebras’, sino que el día sábado (5 de noviembre) vas a recibir un reconocimiento por tu labor dentro de la literatura. Si Los inocentes es el gozo, este libro es la herida, el dolor. A la isla caribeña arriba un barco portador de una siniestra carga. Sacábamos comunicados [sobre la invasión] pero no nos hacían caso porque la mayoría de periodistas estaban metidos en ese terreno. Hacía algunas semanas –¿o meses?–, por ejemplo, después de esperar un buen tiempo, conseguí una entrada y fui a ver al célebre Adonis Mantra. Mejor detenerme a descansar un rato y luego seguir caminando, despacio, a ver si con el movimiento de mi cuerpo volvía la memoria a mi cabeza y por lo menos recordaba el nombre de la calle de mi casa. Me vinieron dos vientos mientras conversaba con ella, que conseguí disimular encogiéndome un poco, como para rascarme una pierna. Me había pasado antes, en un cine, viendo una película de John Ford, un cineasta que admiro mucho. Osorio dice que ahora hay añoranza por esos animales, otro de los hitos de la cultura de hoy en el mundo, que va a romper todos los límites de lo concebible. Abrió la puertecita del ascensor con otra llave y, con un gesto, me preguntó si subiría con él. Decían que, aunque hay muchas cosas malas en nuestro tiempo, hay una buenísima, y es todo lo que ha inventado la ciencia para defendernos contra la decadencia física: desinfectantes, reconstituyentes, bálsamos, hidroterapias, baños térmicos, masajes, un arsenal de drogas y productos naturales que, usados con sabiduría, mantienen a los seres humanos sanos, bellos, en pleno uso de sus facultades hasta el último día. Y ni siquiera me había dado cuenta. Pese a ello, sigue siendo imposible un acuerdo internacional para desactivar los polvorines atómicos. Sin embargo, y aquí la prédica de Reynoso, era necesario cambiar esos parámetros luchando por una mejor educación, alimentándonos de libros y de rebeldía. Eso sí, creo que hacer el amor era algo maravilloso, sobre todo cuando yo era joven. Atención de 10:00 a.m. a 8:00 p.m. Recordando a Walt Whitman “La sociedad de los poetas muertos”, Estreno presencial de “Ybarra, Cabeza de León”, de Mario Castro y Marco Ramos (2022) [VIDEO], José Córdova: “El Hay Festival en Arequipa es un evento elitista” [VIDEO], Hermanos Ballumbrosio y Perkutao se juntan para rendir homenaje a la música afroperuana, El regreso de Condori al Ministerio de Salud [VIDEO], Escritores católicos, un fenómeno cultural para tiempos de crisis, Su dirección de correo no se hará público. Me toqué los ojos y había dejado de llorar. Sin embargo, también en este trabajo podemos encontrar algo de filosofía fenomenológica: y entonces descubrí que su sonrisa y el resplandor de su mirada venían también de una milenaria cultura refinada que no solo había dejado huellas en su cerámica, en sus tejidos o en sus monumentos de piedra o de barro, sino también en la belleza de los rostros de los muchachos pobres, indios, mestizos, selváticos o afroperuanos, de mi patria, sin futuro. La historia versa sobre un puñado de jóvenes, de diversos estratos sociales, que terminarán coincidiendo por el azar objetivo en la Lima de hoy: las huelgas, marchas, bares, calles, Centros Culturales, pasaran a formar parte de sus páginas, para darnos un registro de lo artificial del momento y del deseo de alcanzar aquel grito, aquel llamado que devuelva la conexión última; hacia ese fondo van estás páginas, donde la estructura va cobrando un énfasis de corte místico. Y yo tenía la seguridad de que no saldría vivo de allí. ¡Más que en París y en Londres, te lo aseguro! (Del libro En busca de la sonrisa encontrada (2012) Editorial: Cascahuesos Editores). ¿Cómo piensas que está amueblada esta casa? “Eran adelantos indispensables para adaptarse a la época”, dice Osorio. Seguir recto en dirección N-634. Es una narrativa desafectada de ínfulas retóricas, y funcione con la intención de expresar una verdad, más no de abrir una nueva estética o lenguaje. Sin embargo, Reynoso vendía. ¿Qué hora sería? Allí tenía que subir una larga escalera de varios pisos, por lo menos de eso me acordaba. Luego me sequé yo, cuidadosamente, sintiendo que me dormía, bostezando sin cesar. Debía de ser pasado el mediodía, y, aunque no estaba seguro, me pareció recordar que no había tomado desayuno ni almorzado, ni siquiera bebido un vaso de agua en toda la mañana. Y mi corazón seguía latiendo con mucha fuerza en el pecho. Ciclo MicroclásicosEl teatro Victoria de Madrid, en colaboración con la Compañía de teatro y danza … Profundizar en las implicaciones y desafíos de las crisis ambiental y climática para … Esa falsa librería de Malasaña durará lo que tarden en venderse las vejeces que se agolpan en sus estantes, si es que antes no prospera la campaña para que el Estado expropie todos los papeles impresos de cualquier orden y los incinere, a fin de evitar las supuestas bacterias nocivas para la salud con que los militantes de esa odiosa campaña Paper free society! Me limpié la cara con las manos y luego con el pañuelo y finalmente con la misma sábana; pero era inútil porque el sudor brotaba casi de inmediato y me volvía a mojar la frente, el cuello y ahora sentía que bajaba y me había tomado también el pecho, la espalda y hasta las piernas. El yo subjetivo de los poemas de Ciudad lila de Julio Barco, como un apartamiento del habla adquiere formas lexicales de diversos orígenes; la sangre del poeta es la vivencia de la ciudad, Lima, para el caso, homenaje a un cuerpo presente que late con el cotidiano de su estar, que no oculta sus referencias y permiten expresar lo corporal, los sentimientos y el rigor intelectual desde una focalización en una flotación de las imágenes con énfasis en trazos panópticos que tienden a denotar una interioridades reflexivas, mientras la ciudad acontece. Y en eso, de repente, me desperté. Pero lo que me asustó no fue el corazón sino el sudor. Lo hace por fastidiarme. Además, sobre el Ministerio de Cultura, José Córdova señaló: “La DDC de Arequipa acá es nula, nunca hemos sabido su quehacer, nunca lo hemos visto con algún tipo de actividad o algún proyecto que pueda visualizarse. ¿En qué forma les gustaría que cambiara el mundo? En esta obra, El grito del Asterión de Malku Abraxas (Ed. Osorio afirma que él no tiene nostalgia alguna de esos remotos años en que mucha gente, como yo, iba a leer a bibliotecas. En cada visita le dediqué varios minutos a visitar sus distintos … Osorio defiende a los “desequilibrados” y creo que lo hace por convicción, no por practicar su deporte favorito que es llevarme la contra. Degusta un libro vivo, un helado de sentires urbanos. ¿No íbamos a eso, también? Plástico en los teléfonos celulares, en las bolsitas del pan, en las pantallas diarias. Editorial: Cultura Peruana). Yo sobreviví a un cáncer de la sangre, sin ir más lejos. Les pregunté por qué los llamaban “desequilibrados” y no lo sabían. Pero primero debes aceptar el dolor que sientes y sanar tus heridas … Tú sabes que en España el Estado compra las revistas para colocarlas en bibliotecas, centros culturales y universidades; o en México se les da becas a los directores de revistas. Él y yo tenemos la impresión de que no, de que, por debajo de las supuestas diferencias, las pantallas defienden una sola verdad –una mentira rigurosamente guardada–, que todas están de acuerdo en su base más secreta en defender un sistema en el que gobierno y empresas, como ocurría en China en aquel tiempo lejano, están básicamente de acuerdo en mentir juntos, simulando unas discrepancias que en verdad son superficiales, porque hay un acuerdo sustancial en mantener este sistema que engaña a todo el mundo, pues parece funcionar bastante bien, ya que hay trabajo, pensiones, medicinas y educación para todos y una libertad que es una mera cortina de humo inventada por esa tecnología de punta que mantiene entretenido a todo el mundo. Osorio fue uno de los vecinos más asustados y uno de los que fue a manifestarse a la Puerta del Sol contra las campañas de todas esas ong proclamando “Bienvenidos, hermanos zorros, a Madrid”, “Madrid, patria de los zorros”, etcétera, que llevaban a cabo para que los invasores se quedaran a vivir en la ciudad y esta fuera acondicionada para darles albergue permanente. ¿Qué quieren? Nunca he podido recordar el nombre de la mujer por la que abandoné a Carmencita. ¡Créeme! Un amigo mío, fumador secreto, me decía eso mismo hace algún tiempo: que él y sus amigos disfrutan ahora muchísimo más en los fumaderos clandestinos, sabiendo que podrían ir a la cárcel por los pitillos que se fuman, que antes, cuando podían fumárselos en cualquier parte sin riesgo alguno. Pero si no existen todavía, ya aparecerán. Este autor no era pues un vargasllosiano alejado de los bares, corriendo, religioso, por las mañanas y escribiendo bajo un horario. Aquí vemos un pasaporte al gozo textual: riqueza de imágenes, prosa mística y sinestésica. Tampoco imaginamos que fuera tan común que las gentes llegaran a vivir tanto y sin embargo ahí estamos muchos bípedos centenarios para demostrar que no era fantasía. La llamo “fraternidad” porque hablar de “ideología” sería un anacronismo: ya nadie sabe ahora qué es o qué fue eso. No hacer nada, estar ahí, fantaseando, gozando del solcito tibio, cantando o contando chistes. Un gran logro, sin duda, ojalá sea cierto. Y eso que llaman mieloma, que me hizo perder cerca de veinte quilos y que me vuelve a ratos, porque el mieloma es una enfermedad muy rara, nadie sabe por qué viene, ni cuánto dura, y no suele matar a los pacientes, pero nunca se va del todo. En el Bar Ciro, por ejemplo, y donde estuvo hasta el final su cuadro. El conocido Museo de la Literatura. Unos pocos turistas tomándole fotos al monumento egipcio. Cuando el Vaticano estableció que el limbo no existe, las cosas se orientaron para ella por el mal camino. Yo creo que se trata de otra moda, una manera de divertirse para tanto ocioso que anda suelto. Su presencia acortará la distancia entre progresistas (7) y conservadores (que sumarán así 5). No me consoló imaginar que dentro de pocos minutos (¿segundos?) Nunca leyó a Pascal, por ejemplo, al que yo leí mucho en una época y estuve a punto, gracias a él, de volver al catolicismo de mi juventud. Estaba sentado en el asiento de piedra de la Plaza de Oriente y a mi derecha, al frente, tenía el Teatro Real, a la espalda el Palacio, y, frente a mí, la callecita de los restaurantes y de la puerta falsa del teatro por donde entraban los empleados, y, cuando había ensayos, los actores, las actrices y los músicos. En eso se diferencia de Ribeyro, pero se acerca a Cronwell Jara, otro autor de una furiosa poética escatológica. He vivido demasiado para importarme que me digan fósil, ludita o, como me llama Osorio haciendo ascos, “irredento conservador”. Hombres y mujeres se han vuelto incultos y manipulados casi totalmente por la desaparición de la cultura, o, mejor dicho, su conversión en mera diversión. Y hay que espantarlas con delicadeza para que no te llamen la atención los vigilantes o te pongan una multa por ser desconsiderados con esos prójimos “de sangre caliente”. De chico, a diferencia de mis compañeros de colegio, a mí los circos no me gustaban. Tiene todo el derecho del mundo a hacerlo, por supuesto. ¿Me preguntó dónde estará ese cuadro de marco negro y con vidrio que, en noches de bohemia, nos recordaba al escritor? sabría si existía Dios, si teníamos un alma que sobreviviera a la desaparición de esa energía corporal que tenía a mi corazón latiendo y a la sangre corriendo por mis venas, o si en el futuro solo habría silencio y olvido, una lenta descomposición del organismo, hasta que las lenguas del fuego extinguieran esa carne sucia y mojada que ya comenzaba a pudrirse cuando la quemaron. Eché a caminar pasito a paso por la avenida del Pintor Rosales. Me parece que es la Cámara del Libro del Cusco. No me levanté todavía. No, esa vez yo estudiaba arqueología. Cuando estuve en el largo vestíbulo de adoquines, le agradecí de nuevo, efusivamente. Aquí la entrevista completa con José Córdova.