Ruth se ha escondido con Laura arriba, en su dormitorio. DUOPACK COCACOLA 3 LTS PE COCA COLA 6000 ml ... Gaseosa Coca Cola Descartable X 3 Lts (4) - San Cayetano. Los abro. «¡Vaya! ¡Henry! —Me mira sorprendida—. —Clare, hay muchísimos tíos que son gilipollas. —Del año 2001. Adivino que ha perdido interés por el juego por el modo en que empieza a construir una pequeña pirámide con las fichas ganadas. COCA COLA 3 LITROS Ofrecemos la mejor Calidad Precio delivery gratis Surquillo, San Borja, San Isidro,, Barranco, Miraflores, Celular ?999 203 011. —Se portó como un gilipollas, y ahora quieres que lo pulverice, ¿no? Hay casi un rollo entero, y pretendo usarlo todo. Henry asiente. Laura me abraza a modo de disculpa y se apresura hacia la clase de música, que se imparte en el otro extremo del edificio. —Bueno, como tu madre siempre daba la lata con el tema… —¿Daba? —Dímelo —me exige. Clare también me ha dejado un tentempié: un bocadillo de jalea y mantequilla de cacahuete, envuelto cuidadosamente en papel de aluminio, acompañado de una manzana y una bolsa de patatas fritas de Jay. No estaré mucho tiempo dentro, y luego podemos ir a cualquier otra parte. —Pero ¿quién es Henry? Mis vastas dotes de observación me han llevado a la conclusión de que lo que queda, una vez has descartado lo imposible, es la verdad, por muy increíble que parezca. WebGaseosa Coca Cola Botella 3 Lt Pack de 2 unid Coca Cola Código de producto: 148354 0 Wong Aguas y Bebidas Gaseosas Gaseosas Regulares Configuraciones Información … —Dejo la comida sobre la roca. Es cierto que tengo un aspecto tranquilo en la composición. —¿A qué chicos les gusta Clare? —Y ahora, ¿qué? Parece como si la hubieran rascado. Empieza a recoger las piezas y las introduce en la caja, separando con tino las blancas de las negras. El conductor de la camioneta abandonó su vehículo para averiguar qué le había golpeado, vio a mi madre, se desmayó en la calzada y lo atropello un conductor de un autocar infantil, que no lo vio porque estaba asombrado contemplando el accidente. ¡Es la quinta vez consecutiva que llego tarde al gimnasio! —Adelante. Yo estoy echado, con la cabeza sobre su regazo. —¿Cómo? Comienzo por los tobillos, y voy dando vueltas a la cinta con gran esmero, subiendo por sus pantorrillas y sus muslos. Me encojo de hombros. WebOsteria del Cinghiale Bianco, Florencia: Consulta 3.428 opiniones sobre Osteria del Cinghiale Bianco con puntuación 4,5 de 5 y clasificado en Tripadvisor N.°351 de 2.494 restaurantes … —Clare se mete bajo la mesa y dice—: No lo veo. —¿De dónde vienes? Agua de Mesa San Luis Sin Gas Caja 20 Litros. De todos modos, ¿por qué lo preguntará? —exclamo haciéndole una zalama—. —Clare se levanta, calculando todavía las posibilidades del tablero, y ejecuta una breve danza, saltando a mi alrededor como si se le hubiera calado fuego a los pantalones—. —Acabas de decir que parece que todo está planificado de antemano. WebEncuentra Bebida Coca - Cola 3 L y la mejor variedad de productos Coca Cola en Jumbo.cl Andamos durante unos cinco minutos, y entonces veo un pequeño claro con un olmo joven y ebookelo.com - Página 86muy práctico que se yergue en los límites. —¿Por qué has dicho «daba»? Van a herirla, va a morir», pero me daba cuenta de que las palabras no salían de mi cabeza, y que todo sucedería igual que antes. (1) Agregar al Carro. Son las 23.38. —No lo sé. —¿Cómo es que yo nunca he visto a más de una? A lo mejor se ha equivocado al deletrear el nombre de Henry; a fin de cuentas, ni Nancy ni Laura saben nada de él. Compra todo en Bebidas y Licores con envío a domicilio. PubHTML5 site will be inoperative during the {"allow_notes":true,"allow_substitute":true,"cart_limit":"24","brandName":"Coca Cola","brandEcomId":"178","measurement_unit":"un","unit_multiplier":1,"unit_multiplier_un":0,"measurement_unit_selector":false}, {"40":{"ref_id":"148354","cart_limit":24,"allow_notes":true,"allow_substitute":true,"measurement_unit":"un","unit_multiplier":1,"promotions":["90","172","288","292","294","326","364","366","414","416","496","519","780","1045","1065","1136","1173","1179","1183","1184","1194","1196","58296","58297","146325","146326","146597","146599","230560","230561","251083","251084","251085","251087","261934","351725","382859","388161","388162","490256","490257","490261","8272918","28328684","28328914","28329380","28330336","36724693","67507085","135779464","135780958","208151436","219381919","219382455","219447910","219643562","219753244","222132860","222647620","222673740","224084359","225033303","225033440","225134638","225646028","226942574","226942580","227866341","228163976","228528301","229200109"],"url_canonical":"","unit_multiplier_un":0,"measurement_unit_selector":false,"release_data":{"date_release":"07-11-2016 21:14","date_release_end":"07-12-2016 21:14","is_new":false}}}. —Es la de mi padre. —Yo creía que el libre albedrío tenía que ver con el pecado. Le pasa un trapo y me lo entrega. —A los veinte no había ninguna mujer relevante en mi vida. —¿Por qué? —Ponte cómoda —me dice Henry sonriendo. Tiene la puerta cerrada. A los doce tenía otras cosas en que pensar, pero cuando cumplí los trece me enamoré locamente de Patty Hearst. ¿Te gusta a ti? En realidad me apetece ir con Clare, pero no sería prudente. WebTwo Pack Coca Cola + Inca Cola 3 L c/u. —le pregunto. Pienso que me encuentro a salvo, pero la cosita de plástico empieza a moverse. —¿Qué pasa? —¡Eh, bravo! —¿Está demasiado fuerte? —Clare, dime si te violó. —Lo siento. —¡Puaj! Dentro de una década votará por el determinismo, y diez años después Clare creerá que el universo es arbitrario, que si Dios existe, no oye nuestras plegarias, que la causa y el efecto son ineludibles y brutales, pero sin sentido alguno. Henry me contó una vez que fue a una sesión de espiritismo y a la médium le explotó el apéndice allí mismo, y tuvieron que llamar a una ambulancia. Muchas veces aparezco en lugares donde solo consigo ropa y comida robando. Aunque tú siempre estés abandonándome. Hace un año, sin embargo, habría elegido a Dios sin dudarlo. Jason está rojo como un tomate, y el tono de su tez contrasta vivamente con la cinta adhesiva de color gris. «¿Por qué me has llamado, Henry?», pienso, pero él hace un gesto de negación y se lleva un dedo a los labios. —Abro la portezuela del coche—. 19.20ou 18X de S/. —No —me dice. Gruño y me froto los ojos. Clare se levanta de un salto y agarra los zapatos y los calcetines. Clare enciende las luces y seguimos circulando deprisa, perfectamente alineados con las rayas amarillas del centro de la calzada y el arcén de la autopista. —Noé aparece en la Biblia —me dice Clare, sin apartar la vista de mi rostro—. Trabajamos en silencio, y madame Simone camina por el aula, corrigiendo. Mi madre pisó el freno sin resultado alguno. Clare coloca su mano en un lugar en el que posiblemente no debería estar. —Pero esté donde esté, siempre será mi presente. Escúpelo ya. —De acuerdo. Clare lleva un rato atascada en su jugada; le he pillado la reina hace tres movimientos, y ahora está condenada, pero resuelta a sucumbir luchando. —¿Por qué Paul es para las chicas? Oye, ¡qué bueno…! Todas sus historias se han entremezclado, y los rostros ya no se corresponden con sus nombres. —le pregunto con la voz ronca. Eres como el gato de Cheshire. Lo dice tan bajito que tengo que pedirle que vuelva a repetirlo: —Es que pensaba que a lo mejor estabas casado conmigo. —Eh, que yo no estoy casada; ¡qué solo tengo once años! Helen mira a Mary Christina, que duda, y Nancy dice: —Pregúntale sobre Bobby. —Estar rellenita es bueno. Enfilamos el camino y nos detenemos frente a una enorme casa de falso estilo colonial. Guia 17 wong general. Empiezo a quedarme corto de peones. A todas nos parece bien, en parte porque es su fiesta de cumpleaños y también porque el juego de la Ouija es buenísimo. Recuerdo tan solo una inacabable serie de habitaciones de hotel y aviones. —A lo mejor te ayuda con las divisiones largas —dice Laura, que también es muy tímida. Creo que me voy, Clare. —¿Estoy casada yo? —Silencio. Están de pie, mirando algo, pero entonces me oyen y se vuelven; y me doy cuenta de que ese hombre es Henry. Todas reímos, a excepción de Patty, que también anda loquita por el señor Malone. Clare se apoya en el tronco, con un cojín debajo para suavizar la presión de las raíces del árbol. Mis compañeros de clase se las arreglan como pueden, no sin grandes esfuerzos, para debatir el tema de Billy Budd. times indicated! —¿Qué pasa? Clare entierra los pies en mi regazo. Quiero a Dios. Nunca más podría jugar a fútbol. Dejo en el suelo la bandeja de comida que le he traído. —Domingo, 23 de septiembre de 1984. Henry, no me gusta viajar por el tiempo solo. ¿Cómo te la hiciste? Jason tiene la piel pegajosa y está muy bronceado por todo el cuerpo, salvo por debajo del tierno perfil de un bañador. Deseo ser los dos a la vez, sentir de nuevo la sensación de perder los límites de mí mismo, ver la suma de futuro y presente por primera vez. Jueves 13 de enero de 2000 Henry tiene 36 años, y Clare 28 HENRY: Después de cenar sigo pensando en el dibujo de Clare, así que me voy a su estudio para echarle un vistazo. Lo saca del armario. —¿Comes bien? Se abre la puerta y, tras una pausa, oigo una voz que dice: —¡Vaya! EL MEJOR PRECIO EN COCA COLA 3 litros $648 funda x 6 ... Coca Cola Original Desechable 3 Litros - Comercial JP, GASEOSA DUO MEGA COCA-COLA X 3 LITROS C/U, Bebida Coca-Cola original 3 L | SantaIsabel.cl, Coca-Cola rebajará el azúcar en su presentación de 3 litros, Refresco Coca Cola botella de 3 l - Bodega Aurrera, COCA COLA 3 LITROS X 2 P.E - supermercado tuyo, Gaseosa Coca-Cola 3 L - Mercados L. Pineda, Gaseosa Coca cola x 3 litros - Supermecado CHELY, Coca Cola 3 Litros. ¿Te he contado alguna vez la historia de mi madre? —¿Es eso lo que querías? Esa es una de las cosas que más temo. Llevamos horas en ese lugar, y se nos han acabado las provisiones; lo único que nos queda son los restos de una bolsa de Doritos. Tengo miedo de perderte. Te fastidia la vida. Ha estado leyendo revistas Mad de los sesenta. 29.70Online S/. Sigue sin haber ninguna fecha en el dibujo. —Hemos sido muy benévolos contigo en esta ocasión. Mueve su torre hacia delante y avanza cinco casillas. La circulación se detuvo. Estoy avergonzada de ti. Tienes razón. —Era cajera en un banco, tenía unas tetas enormes y le gustaba que le palmearan el trasero. —¿De verdad? —La vuelvo a pellizcar, lo bastante fuerte para dejarle una marca blanca y roja que perdura unos segundos y luego desaparece—. Bueno, ahora entiendo que es eso lo que le molesta. Jason grita. Finalmente veo la jugada: torre del rey a QR3. —Perfecto. Parece triste y echo a correr, corro hacia la casa, y luego subo las escaleras con sigilo, me siento en la cama, temblando; sigo sin comprender lo que ha ocurrido, pero sé que es algo malo, muy malo. Lo intentaré. —exclama con los ojos desorbitados y una expresión de profundo disgusto dibujada en el rostro—. Se la aparto sin soltársela. Puede que no sepa que me he marchado. —Viajaste a través del tiempo. —Puede que sean reales; o bien que algo en ellos sea real y la gente les haya ido añadiendo cosas, ¿me explico? Llevo unas esposas y poca cosa más. El prado se vuelve azul, luego naranja, y rosa, las sombras se alargan, y finalmente se hace de día. Oigo cómo doblan las campanas de San José. —No es bueno saber las cosas antes de tiempo. Le he arreglado una pequeña habitación junto al cuarto de la caldera, que está al otro lado del lugar en el que guardamos las bicicletas. Delivery Gratis The Coca … Tras cuatro inhalaciones, nos quedamos observando hasta percibir que, lentamente, el chico va recuperando la respiración normal. Estoy nerviosísima. Nos darán pizza, Coca- Cola y ensalada de fruta para cenar, y la señora Heppworth ha hecho un enorme pastel en forma de cabeza de unicornio con unas letras glaseadas en rojo, donde pone: ¡feliz cumpleaños, Mary Christina! Lo que ha escrito es un resumen de la cita de ambos. —Venga, Clare —se ríe Helen, que es malísima en matemáticas—. Ah, espera… —Le cojo el arma, abro el tambor, saco las balas y las meto en su bolso—. Le corta la ropa interior, y yo empiezo a atarlo por la cintura. Me encanta cuando las pequeñas piezas del rompecabezas encajan así. Sábado 24 de diciembre de 1988 Henry tiene 40 años, y Clare 17 HENRY: Es una oscura tarde de invierno. —Buenas noches. —Henry se pasa la mano por la cara, y me doy cuenta de que ya podría utilizar una maquinilla de afeitar—. —Pues a ti no te gusta la medicina convencional. —¿No vas a salir del coche para presentarte como es debido? Otras compañías se fijan en ella, y al cabo de poco tiempo viajamos por todo el mundo. Empieza a colocar las fichas de nuevo en sus posiciones iniciales—. Es decir, si tú eres real, ¿por qué no habrían de ser reales los cuentos de hadas? —Clare, attendez —dice madame Simone cogiéndome por el codo. Yo contemplo el tablero. —No sé qué preguntar —le digo. —Decirme lo que me gusta. Mary Christina abre sus regalos. No hay problema —digo con un suspiro—. —grita Jason. Es la única niña de la familia; sus hermanos son mayores que ella, se afeitan y son altísimos también. Espero. Ya he pensado en lo que voy a hacer. Estamos a finales de verano; las flores y la hierba me llegan al pecho. —me pregunta con aire ofendido. Es, cómo te diría, una especie de atleta, y muy atractivo, la verdad. Eres la reina del ajedrez du jour. FEMSA … Me siento somnoliento y satisfecho. Me doy la vuelta y miro a Henry, quien me saluda, sonriendo. Le saludo, y compruebo si Mark lo ha visto, pero mi hermano está de espaldas, enfadado, y espera que me vaya para que él y mi padre puedan irse a cazar. Van Halen se filtra desde una ventana del segundo piso. Lleva tejanos y está sentado en la silla, tiene la cabeza hundida entre las manos—. —¿Qué sucedió? —¡Clare! —exclama Clare cerrando los ojos. A los cinco años la oí cantar Lula en la Ópera Lírica. Fuimos a un restaurante italiano y nos encontramos con Laura y Mike, y con un montón de gente de la clase de teatro. —Sí, muy bien. —No lo sé. —Buenas noches. ¿Cómo has podido llegar a este estado? Me siento entre Laura y Helen. No me siento muy bien. Me pregunto si Henry podría llevarme al futuro con él. ¿No podrías venir siempre conmigo? Clare me ha dejado comida: rosbif y queso con pan integral y mostaza, una manzana, un litro de leche y un tubo entero de plástico con galletas de Navidad, un postre a base de helado, perlas de canela y nueces, y galletitas de cacahuete con Hershey's Kisses incrustados. Echo un vistazo al libro que estaba leyendo. Eso que hiciste formará parte de tu pasado. Dame dinero, por favor. —Dime. Refresco Coca Cola Original 3 Lt. Referencia: 7422110100556. en cuanto el producto esté disponible en. —¿Cómo? —¿Lista? Desde siempre, México ha sido uno de los países que más bebidas azucaradas consume, hábito que … Le paso el brazo por los hombros, y ella mete su mano en la parte interna de mi muslo. Tal como estabas, por favor. —Te llevaré en coche. WebDisfruta el compartir tus comidas con tu familia o amigos con una Coca-Cola Original en su presentación familiar de 3 litros. ¿Algo más? —John, claro. —¡Por el amor de Dios, Clare! Se acerca a Jason como si este fuera un animal peligroso encerrado en un zoológico y empieza a escribir en la cinta que le cubre el pecho. —Me estás cambiando. —Tú eres mi secreto. No te preocupes. Las matemáticas no son su fuerte. Clare se sujeta las rodillas con los brazos. Cierro los ojos. … —Papá te ignorará durante tres semanas; y en cuanto a esto… —me dice señalando la cama—. —Se le borra la sonrisa—. ¿Qué quieres decir con eso de que te estoy convirtiendo en un fenómeno? —Y Noé un viejo extraordinario con un arca y un montón de gatos. Ejecutamos las siguientes diez jugadas con bastante rapidez y un moderado derramamiento de sangre, y entonces Clare se queda quieta calculando las posibilidades. Ha dejado de hacerme preguntas sobre nuestro futuro. —¿Por qué «claro»? —¡Uauuu! No obstante, estoy demasiado acostumbrado, me siento demasiado cómodo en el papel, y termino quedándome fuera, recordando lo maravilloso que es tener nueve años y de súbito ver, saber, que mi amigo, guía y hermano soy yo precisamente. —Mi madre fue a un concierto de los Beatles —dice ella; cierra la tapa del juego de ajedrez y se echa luego sobre el suelo para quedarse contemplando el baldaquino de hojas tiernas—. Abro la mía y saco el equipo de gimnasia y las zapatillas de deporte. Enseguida me siento mejor. Llevaba puesto el gorrito. Ecs, está lleno de telarañas. Era una estudiante californiana muy rica; la secuestraron unos malvados terroristas políticos de extrema izquierda y la obligaron a atracar bancos. Los vestuarios se han quedado en silencio. Con unas cuantas horas de sueño habría pensado con mayor rapidez o, al menos, habría disimulado mejor mi lapsus. Tengo seis años y me cuesta creer que esa mujer en blanco y negro que aparece en la pequeña pantalla sea mi madre. Dejaría un reguero de sangre y muertes a mi espalda. Se levanta, despacio. —¿Cabeza abajo y dormido? —Sí. —¿Adonde vas? Supongo que, como todavía no te has casado, deberíamos decir que eres mi novia. Miro por la ventanilla, pero no es Clare; es una rubia explosiva que lleva un vestido estrecho y rojo. Se me cruzan los cables. —exclama Jason, retorciéndose bajo la cinta. —Átalo al árbol. Ella sale del coche de un salto, me dice: «¡Quédate aquí!», como si yo fuera un perrazo desobediente, y se aleja tambaleándose con sus tacones y su falda corta hacia el domicilio de Ruth. Henry me mira, preocupado. —De acuerdo. Estoy echado en esa cama dura de hotel, desamparado, solo. —Recuerda que es el agobio lo que suele enviarme hacia ti. ¿Acaso Henry es una persona real? Clare detiene el coche antes de entrar en el campo visual de la casa. —Clare pronuncia la palabra como si nunca hubiera oído hablar de ese brebaje. —No, claro que no; pero se te ve feliz y tranquilo. Clare deja a un lado su cuaderno de dibujo, y yo me levanto. —¿Y qué? A Jason se le saltan las lágrimas. A lo mejor este almuerzo es el que Clare se lleva a la escuela. Tiene la mano fría—. Clare oculta los peones tras su espalda; le doy unos golpecitos en el codo derecho y me muestra el peón blanco. —Muchísimo —susurro. —¿Ah, sí? Descarga la … —Adelante. —Lo siento. Tropieza al bajar las escaleras de madera y yo regreso al silencioso piso. —Permanezco en silencio—. Luego nos dirigimos a la puerta trasera del piso. Domingo 11 de septiembre de 1988 Henry tiene 36 años, y Clare 17 HENRY: Clare y yo estamos en el huerto una cálida tarde de septiembre. Veo imágenes borrosas de mujeres, pechos, piernas, piel, pelo. Luego le sigue la blusa, y veo que tiene la espalda cubierta de morados. Nuestro pelo es del mismo tono castaño oscuro, los ojos son almendrados y negros, y presentan las mismas arrugas de cansancio; lucimos réplicas exactas de las orejas del otro. Era como ser un fantasma. —Bueno, si precisamente tú te sientes constreñida por la idea de que tu futuro es inalterable, imagínate cómo me siento yo. —Ya lo he visto antes, y no lleva ninguna fecha. Solo tienes que bajar y gritar: «¡Quiero follar!», y cincuenta tíos saldrán diciendo: «¡Conmigo, conmigo!». ¡Ojalá pudiera leerle el pensamiento! Coca-Cola, con su delicioso sabor, es la mejor opción … Quiero decir, acabas de decidir, haciendo gala de tu ebookelo.com - Página 68libre albedrío, quitarte los zapatos. Venga, Henry, dime si voy a convertirme en una vieja solterona. Tiene diecisiete años. En el silencio del prado se oye la voz del padre que la llama a gritos. Henry parece alarmado. Me asalta la idea de que estoy celoso. Incluso mi madre me pregunta por qué no salgo con chicos. Clare está creando una enorme escultura con diminutas virutas de papel púrpura; parece un cruce entre un teleñeco y el nido de un pájaro. Lleva una camiseta negra y lisa, unos tejanos y unas zapatillas deportivas abotinadas. Como estoy situado en la puerta, aterrizo de un salto sobre su pecho y lo golpeo hasta dejarlo sin respiración. —Y también la Bella Durmiente. —Más a menudo de lo que yo querría, Clare. —¡Sí! Francie le pregunta a Gayle qué hacía el sábado anterior con Michael Plattner en La Reina de los Lácteos. Me siento en la roca y como hasta sentirme mejor. —¿Qué? ¿Cómo se te ha ocurrido salir con alguien así? —Sí —admito con reticencia. —Gracias. Enciende el motor y conecta las luces. Las pupilas se le han contraído en diminutos puntos negros. Una lágrima le asoma por el rabillo del ojo izquierdo. Ya está. Clare frunce el ceño y me hace un gesto con la mano como para alejar de sí la idea. —¡Estuviste fantástico! —Intento fingir que lo siento y me muestro complaciente. Suspiro. ¿Por qué debería limitarse el libre albedrío al bien o al mal? La camioneta de delante apenas, se movía. Miente. WebSoda. —Mientes fatal —me contesta Helen, negando con la cabeza. Cuando el pedido esté listo un repartidor te lo llevará al lugar de destino. —Todavía no me has demostrado que seas real. —se pregunta Laura. No dice nada, solo me mira con lo que parece una expresión de rabia. —Lo ha preparado Nell. De repente, adquiero conciencia de mí misma como alguien que está en un prado, delgada y erecta, en un lugar donde todo se ha allanado. Me refiero a aquel que me hiciste. En el preciso instante en que esas palabras escapan de mi boca, me doy cuenta de que estoy hablando con Clare, la adolescente, y no con Clare, mi esposa, y me atizo mentalmente un golpe en la cabeza. —pregunta entonces Mary Christina. Clare aminora la marcha y gira por la autopista Estrella Azul. Clare también me ha dejado el South Haven Daily de hoy; lleva fecha del 24 de diciembre de 1988. El tipo del Corvette salió indemne. Parpadeo, y me doy cuenta de que se trata de la amiga de Clare, Helen Powell. En la playa los tres llevamos gafas de sol a juego, y a mí me han puesto un ridículo sombrero azul. Clare se me queda mirando. —Esta noche voy a una fiesta a casa de Ruth, ¿quieres venir? Siento un espasmo en el estómago. «Chitón, Clare. O bien de quedarme atrapado en el tiempo y no ser capaz de regresar. Solo sigue estos pasos: Crea tu perfil y completa tu registro. Finalmente, vence lo segundo—. —Vamos, Clare. Al pasar por uno de los accesos de la autovía un coche pequeño, un Corvette rojo, se nos pegó detrás. ¿Es eso válido? —Claro que puedes. —Clare enciende la luz piloto y me sobresalto cuando veo que su cara y sus manos están manchadas de sangre. Es un momento translúcido. —Tenemos grandes proyectos. Sin mover nada, salvo los ojos, miro a Clare. Viene del próximo mes de marzo. Creo que la mayoría haría eso, si tuviera la clase de oportunidades que yo tengo. Al cabo de un momento, la música se para en seco y se oyen fuertes pisadas que proceden del piso de arriba. Me encuentro delante del aula de francés. Me siento algo mareado. Puede tener otro ataque de asma. Jamás le he dirigido la palabra. Busca el término coca cola de 3 litros en el buscador de Bull El motor de búsqueda de Ball presenta bastantes variaciones de búsquedas, por ejemplo, buscó … —Ya lo sé. —Se trata de Henry, ¿verdad? —me dice riendo—. Clare reflexiona unos segundos. Ruth sostiene mi mano durante unos instantes y luego, cuando el señor Partaki entra, me la suelta. Así que pensé que sería mejor salir con algunos ebookelo.com - Página 83chicos. Por lo general, voy tranquilo cuando conduces tú. —Es decir, que hay dos personas en realidad. Humm… Adiós. De hecho, estaba completamente ileso, solo conmocionado. —No te abandonaré jamás —me dice—. ¿No quieres saberlo? —Con un viajero del tiempo por familia hay más que suficiente. De todos modos, jamás me cuentas nada. Me arrellano en el asiento y espero. Todo esto dura demasiado. Botella de refresco de 3 litros Precio de la botella de Coca-Cola de 3 litros Botella de refresco de 3 litros vacía La botella de dos litros es un envase habitual … Ir a la navegación Ir al contenido. —Hice lo que me dijiste. Dice que en el pasado solo podemos hacer lo que ya hicimos, y que solo podemos estar ahí si estuvimos antes en ese lugar. Le dedico una mirada atroz, pero ella se limita a sonreír—. No, guapo. Estudio el tablero, y me doy cuenta de que Clare podría hacerme jaque mate si me comiera el alfil con el caballo. Vas al futuro, haces algo en concreto y luego regresas al presente. La recuerdo sentada en un banco del parque Warren mientras mi padre me empujaba en el columpio y ella oscilaba: se acercaba y se alejaba sin parar. Delivery Coca cola Wong y Metro Cyber. Es lo que tú crees. —Se aleja como repelida por un enorme campo magnético—. Me invaden las náuseas y vomito bilis sobre los crisantemos de Kimy. —Henry, ¿darías una paliza a alguien por mí? —me pregunta. —Conquista mi alfil con su caballo y esboza una sonrisa ladina. —Entonces, ¿por qué estás sentado en su coche? Inténtalo —le digo con curiosidad. ¿Qué pasa? Mis pesquisas se encaminan hacia finales de los setenta o principios de los ochenta. Nada. Cuando termina, se echa atrás y tapa el rotulador. Dijo que no era lo bastante buena… Me dijo que… No, no me violó. El coche seguiría moviéndose y ¡patapuummm! —Vivian Teska. ¿Y si es Henry? —¿Qué te dijo sobre el futuro? —Quizá es Dios quien nos ha inventado y no quiere decírnoslo —respondo, moviendo las cejas. Creo que mi cuerpo utilizó el único truco que conocía. Al cabo de un rato de hacernos cosquillas y revolcarnos, nos quedamos sobre la hierba con las manos aferradas al estómago y Clare me pregunta: —¿Tu esposa también es una viajera del tiempo? Inclinaos ante mí, porque yo también soy un mago. Primero vi cómo nos estrellábamos contra esa camioneta, y acto seguido me encontré en el hospital. —Sí lo es. —Verás, técnicamente hablando soy tu marido. Sigo sin comprender nada. Esto es combustible para cohetes, Clare. Estás calladísima. Deambulo por las inmediaciones del apartamento en ebookelo.com - Página 96el cual todavía vive mi padre, y los contemplo a los dos, a veces conmigo de pequeñito, mientras pasean, comen en restaurantes o entran en el cine. Clare termina de cortarle los tejanos y empieza con la camiseta. —¿Por qué? —¡Uau! —A Clare se le quiebra la voz, y apenas la oigo—. —Tengo un amigo que hace este tipo de cosas. —¿Y eso por qué? He oído un ruido: alguien pronuncia mi nombre. —No quiero hablar de ello. —¿Qué sucede? —Tú eres yo. Parece mucho mayor de los dieciséis años que tiene. Estaba muy ocupado a los veinte, pero me sentía muy desgraciado. Él es más delgaducho y desgarbado, y se le marcan las rodillas y los codos. —No —me río yo—. —De acuerdo. Solo con percibir el aroma parece que me siento mejor—. Nos dirigimos a la puerta principal y yo me pongo a un lado mientras Clare llama al timbre. Incluso una postura que en un principio resulta de lo más cómoda acaba convirtiéndose en una tortura al cabo de unos quince minutos. El accidente. Sale disparada como una flecha. Las dos ponen el dedo sobre el triángulo de plástico. —Coge uno de mis alfiles blancos, que capturó dos jugadas antes, y lo voltea como si fuera una peonza—. Su aliento apesta a alcohol. —¿La amas? Yo no lo comprendía pero, de repente, lo comprendí todo, así. Ven y quédate en el coche. La estrella de mi madre empieza a resplandecer. Me rodea con sus brazos y empieza a caminar hacia la casa conmigo. Doy un buen mordisco al Bismarck y reflexiono sobre el caos. Su rostro se ensombrece. —¡Eh! —Henry, ¿de qué tienes miedo? Son las uñas. —Ooooh… —Fijaos en Ron —interviene Laura. Está empezando a llover. —Religiones extrañísimas. —Lo siento. —El chico del trampolín. ¿Un esposo, dice? No les digo nada de ti. Sí. Miércoles 12 de julio de 1995 Clare tiene 24 años, y Henry 32 CLARE: Estoy echada en la cama, casi dormida, cuando noto la mano de Henry rozándome el estómago y me doy cuenta de que ya ha regresado. Henry se precipita hacia la puerta, ebookelo.com - Página 52pero ya es demasiado tarde: mi padre asoma la cabeza por el resquicio y nos ve a los dos en flagrante delito. Estoy en el sótano de Casa Alondra del Prado, en la sala de lectura. Me pregunto qué hace ahí Henry, de qué están hablando. Clare la firma y empieza a escribir la fecha. Eso ebookelo.com - Página 56es lo que yo desearía en su lugar. You can publish your book online for free in a few minutes. —Apelaré a la ley de Libertad de Información. Es el camino particular que conduce a su casa. Nos instalamos sobre la manta. —Soy el novio de Clare. Es el decimonoveno aniversario de la muerte de mi madre. COCA COLA 3 LITROS X 2 P.E - SUPERMERCADO ... Coca Cola 3 Litros Retornable. —Sí. —Ahora haces que me entren complejos. Es uno de nuestros poetas preferidos. No es un cuento de hadas. Se han propuesto ignorarnos y comer mucho pastel; Patty y Ruth, en especial, se ríen mucho cuando se acercan donde estamos nosotras. Intento pensar deprisa. En estos momentos, este artículo se encuentra sin stock. —Más. Bueno, todas las chicas. Le pongo una mano sobre el hombro y le obligo a volverse con suavidad, para que se ponga a mi lado y quedemos frente al espejo, el uno junto al otro, con la cabeza al mismo nivel. —Vale. Yo, en cambio, me siento gorda. A ti te sienta muy bien. A ti te gusta con muchísima crema de leche y con azúcar. —En fin, yo tengo que asistir a la fiesta. Clare tarda un rato en darse cuenta, y cuando eso ocurre me saca la lengua, que posee un preocupante tono naranja debido a todos los Doritos que ebookelo.com - Página 63se ha comido. ¡Houdini, Próspero, heme aquí! —Es un razonamiento muy cautivador, Helen; pero yo no soy el novio de Clare. ¿Dónde escondió Mark mis deberes de francés?». Siempre que suena el ebookelo.com - Página 97teléfono se trata del tío Ish, el representante de mi madre, o bien de alguien perteneciente a algún sello discográfico. Nunca he sido consciente de que captaras mis cambios de humor con tanta precisión. Creo que sería divertido. —Tienes dieciséis años, Clare. Es como si acabara de salir de La ventana indiscreta, a pesar de que el parecido sería más perfecto si fuera rubia. ¿Te marchas? —Con una mujer preciosa, paciente, con muchísimo talento y muy lista. Le doy un jersey grueso de lana peruana que siempre he odiado. —Me alegro de que lo hicieras. —No te preocupes, no soy anoréxica ni nada parecido. —Sí. —Entonces resulta que no soy responsable de nada de lo que haga, siempre y cuando no me encuentre en el presente. No me importa en absoluto. —¡No! Lo sabías, sabías perfectamente lo que iba a suceder y no dijiste ni una palabra. Al final, cierro la puerta y regreso a mi dormitorio. Oigo los pasos cansinos de mi padre al otro lado de la puerta. Nancy tiene una botella de licor de Peppermint y lo probamos. Henry sonríe por alguna broma que se me escapa. —Te prometo que soy una persona, Clare. Mi otro yo parece distraído; no deja de mirar hacia la puerta. Y finalmente te encuentro aquí. Yo llevaba un abrigo de invierno, un gorro de punto, unas botas, unos tejanos, un jersey de cuello de pico, ropa interior, unos calcetines de lana muy apretados y unos guantes. Clare busca mis ojos con malicia. La visibilidad era muy mala, y el sistema anticongelante de ese coche dejaba mucho que desear. Me vuelvo otra vez para mirarlos, pero no veo a Henry, y mi padre dice: —Venga, Clare. Parece un tanto deprimida, y me apresuro a hacerle un cumplido. Le pincho el estómago con el dedo y ella se dobla como un erizo, riéndose. —Parece ser que en caso contrario, todo saldrá mal. —En lo que a ti respecta, un poco más: y nos estrellamos con el coche y pasamos un año yendo a rehabilitación. —Pero a veces tú me dices cosas, y siento como si viera el futuro ante mí, ¿sabes? —Vale más que enciendas las largas, Clare. Oye, ¿qué hora es? Los vecinos no paran de atisbar por las ventanillas del coche patrulla para mirarme. —Ya te diré si has provocado la tercera guerra mundial. 28.50ou 24X de S/. Me alegro mucho. No es una visión muy agradable que digamos. Se recuesta en mi brazo y yo la atraigo hacia mí. El interior del coche patrulla huele a cigarrillos, cuero, sudor y otro olor que no consigo identificar y que parece endémico a los coches patrulla. —Nada. Cojo un donut. Yo no estaba segura de dónde nos encontrábamos; en algún lugar al que se llega por la carretera doce; él seguía conduciendo por diversos caminos de la zona, yo qué sé… Luego cogió una carretera asquerosa, y llegamos a una cabaña. —Pero, Henry, te olvidas de Dios… ¿Por qué no puede existir un Dios que dé un sentido a todo eso? Estoy a punto de regresar a la casa para coger un jersey cuando oigo que alguien camina por la hierba. Es muy pronto, por la mañana, justo antes del amanecer. Su respiración se ha convertido en un resuello prolongado y tembloroso. Tose y oigo que da vueltas por la cocina. —¡Oh, no! —¿Qué le palmearan el trasero? Presentación: 3 Litros. Ignoro su gesto. —La beso con cautela, para no alterar la falsa hemorragia—. Las campanas de la iglesia tocan las doce del mediodía. —Por favor —profiere Clare con un hilillo de voz. —¿Cuál de ellos? Es decir, que fuiste a ver una película, y luego… ¿qué pasó? Me encojo de hombros y cambio de tema de conversación. Miro por encima del hombro de Helen y veo que todas las chicas se han congregado a nuestro alrededor, y que todas nos miran. WebRefresco Coca Cola botella de 3 l a un súper precio. —No puedo, Clare. Solo que sus padres se han puesto paranoicos. —Cariño, ¿sabes cómo se utiliza esta cosa? Coca-Cola no retornable de 3 litros, de 45 a 47 pesos. S/ 24.50. —Cállate —gruñe Henry—. —Bueno, pues yo no me siento como un fantasma, o un personaje de ficción. —Ahora vuelvo. Nos miramos y luego Clare sonríe, y yo me encojo de hombros. Pensaba que era más adelante. Yo no iré a ninguna parte. —Bueno… Digamos que sí y que no. Abro los ojos, él se inclina hacia mí y me besa la pequeña cicatriz de la quemadura de cigarrillo. Venga, Henry, vamonos. Me lo he hecho cuando conducías sin faros. : arroz,carne,huevos,azúcar). —Ella no tiene ni la más remota idea. Salió en los informativos todas las noches durante meses. Clare se acerca a él, se arrodilla, y empieza a cortarle la ropa. —Tu caso hace que me cuestione los cuentos de hadas. —Más o menos. Es algo irracional, ¿sabes? —¿Te refieres a cuando tenía tu edad? Ahora puede comerse mi alfil, pero perderá la reina. No puedo creer que esté celoso de una vieja y multimillonaria estrella de rock lo bastante mayor para ser el padre de Clare. WebDe cola: Marca: Coca Cola: Contenido Neto: 750.00 ml: Azúcares Totales: 7.5g: Carbohidratos: 7.5g: Presentación: Botella: Contenido del Empaque: 1 Botella PET de 3L: … —¿Ah, sí? WebBebida Coca Cola original desechable 3 L 3 litro Sku: 000000000000123813-UN 3 x $5.790 ($643 x litro) $2.990 ($997 x litro) Agregar Información del producto Descripción Coca … A mí me toca atarlo con la cinta aislante al árbol. —No, a Dios gracias. Has tenido una hemorragia. Embute los calcetines en los zapatos y los coloca bien puestos junto al borde de la manta. —De acuerdo. —¿Me harías el favor? Unos nubarrones negros se desplazan y surgen tras los árboles, aparecen tan de repente que me río, son como marionetas, y todo gira a mi alrededor mientras se oye un prolongado y grave retumbar de truenos. Apenas veo el trazado de su perfil. Estoy cansada de tantos secretos. Camino en la misma dirección y me dirijo a una cama que he improvisado en el prado, bajo las estrellas. Marca: Coca Cola; SKU: DRDM87C3UR1T36785 ; Pasa el mouse sobre la imagen para ampliarla. —¡No me digas lo que tengo que hacer! —¿Eres asmático? —Dame un beso —le pido, y él me besa. Cuando la conociste, quiero decir. Clare echa el resto de su café al prado y coge un donut. —¿A quién vas a llamar? —No. Yo soy más alto y musculoso, y me afeito. La mirada de Henry después de dar una patada a Jason era de absoluta indiferencia, como si acabara de estrechar una mano, como si ningún pensamiento ocupara su mente, y luego se le veía preocupado porque no sabía cómo reaccionaría yo; y me doy cuenta de que Henry disfrutó golpeando a Jason. Es más divertido cuando estás tú. —¿Le gusto a Bobby Duxler? Estoy sudando; Henry abre la ventana y el aire frío penetra en el dormitorio. Quizá porque te quiero. Somos el mismo. Sin embargo, dijo que tienes que comportarte como si tuvieras libre albedrío, como si fueras responsable de lo que haces. Las ambulancias intentaban llegar desde tres direcciones distintas y no consiguieron acercarse hasta media hora después. Algunos se están poniendo verduscos. ¡Hora de despertarse! Lo examino. ebookelo.com - Página 74—¿Por qué no? Lee la versión de flipbook de La mujer del viajero en el tiempo. Yo también me siento desbordada. Las carreteras estaban resbaladizas, y el impacto del Corvette nos propulsó hacia delante, acelerando nuestra marcha en un momento en que el tráfico enlentecía. —pregunta gentilmente. ebookelo.com - Página 71Después del fin Sábado 21 de octubre de 1984 Clare tiene 13 años, y Henry 43 CLARE: Me despierto de repente. Le paso los pulgares por el arco del pie y ella cierra los ojos. —Unos cinco centímetros más que tú, y pesa más. —Gracias a Dios —comenta ella, y se pone a llorar. HENRY: Es espantoso. —Pero yo no deseo creerlo; necesito que sea verdad. —Clare rebusca en el bolso y saca una pistola. Producto Agotado. En cualquier caso, no tengo sueño. Haz el favor de callarte. Dinos quién es Henry. —Me estoy mareando—. Cuando entro en la clase de lengua a primera hora, todos se callan. Ruth me mira y se encoge de hombros. No hay duda, tiene que ser Henry. Ahora inténtalo con Ruth. En esa época se siente profundamente satisfecho. —Lo que pasa es que estás celoso. Lo confieso. ¿No tendrás un abrigo? —¿Qué marca de coche teníais? Soft drink. Clare llama quedamente cuatro veces, y quito la silla de respaldo recto de debajo del pomo. —Ah, bueno… Creo que ya es suficiente —dice Clare. Está de pie, dándome la espalda, y nos miramos por el espejo. —Míralo en la revista. Clare está sentada frente a mí, aguardando con los hombros caídos y la carne de gallina. Los insectos zumban en el prado bajo un sol dorado. —Mira. Tenía alerones. —Confía en mí. Después de sonar la campana de nuevo todos salen corriendo. ebookelo.com - Página 70—Me encantan los ángeles. —¿Por qué has hecho eso? —¿Y a los treinta y seis? —¿Qué es New Age? —Helen se acerca a mí y me abraza con cuidado. Pensé que si salía con él, todos lo sabrían y quizá dejarían de hacer comentarios sobre mí. —me pregunta ella, sorprendida. —Sobre las seis. Los camilleros vinieron corriendo. —Perfecto —digo, metiéndome la pistola en el bolsillo—. Atravesamos un montón de calles de barrios residenciales, y finalmente entramos en la autovía. ebookelo.com - Página 67—Dios te bendiga. Déjanos tus datos y te avisaremos en cuanto esté disponible. —¿Qué es Traver? No puedo evitar reírme. —Era un Ford Fairlane blanco, del sesenta y dos. Luego se oye un suave murmullo de charlas que vence al silencio. Jason asiente. Oigo la música desde aquí; suena Once In A Life time, de Talking Heads. —Oye, jovencita, eso que me has llamado no es muy agradable que digamos — protesta, siguiéndome hasta la cocina—. No logro adivinar si me está diciendo la verdad. ¿Y eso? Mi padre da audiciones en la Filarmónica. Pedir delivery de Coca Cola (1.5 Litros) en Rappi es un hábito que se ha vuelto popular. —Ya está. Sopeso el valor y el potencial de este cartucho antes de lanzarlo. «Ve con cuidado», me digo. Todas estamos impresionadísimas. Como si mi futuro hubiera sucedido en el pasado y no pudiera hacer nada al respecto. ebookelo.com - Página 76CLARE: Tan pronto entro por la puerta me doy cuenta de que esta fiesta es una equivocación. Los oigo discutir en la biblioteca después de cenar. ¿Te encuentras bien? —Tú tampoco. La lluvia tamborilea sobre el coche. —Prométeme una cosa… —¿El qué? Sí, ya…). —pregunto a Clare. Clare se vuelve y le veo una quemadura de cigarrillo en el pecho derecho, infectada y que tiene un aspecto atroz. —Dudo que fueras un gilipollas de campeonato como Jason Everleigh. —Me dedica una mueca que me hace pensar por qué diablos tengo que confiar en él, pero quiero creer en lo que me dice. —Es cierto. —¿Quieres decir a los veinte años o a los treinta y seis? —¿Te preguntas alguna vez si soy real? ebookelo.com - Página 99—¡No! Henry dice que viene del futuro. —Fue todo un placer —me contesta él, y esas son todas las palabras que llegamos a cruzar sobre el tema. Voy por la página treinta y tres cuando regresa. Regular, Refresco con gas de cola, Pack of 3 x 2 botellas ... Gaseosa COCA COLA Botella 3L | plazaVea ... COCACOLA 3 LITROS PACA X6 - Dulcería y Cigarrería ... Refresco Coca-Cola Original 3l | CH | Sitio de Chedraui. —Lo intenté, pero me gritaste… —Me refiero que tu yo mayor le habría dicho a mi yo más joven que no me estrellara con el coche. Llevo mis tejanos favoritos y una camiseta de los Sex Pistols. »Nevaba, y la mañana era gris —sigo contando—. HENRY: Aparcamos a una manzana de distancia de casa de Ruth. Jason actúa igual que lo habría hecho yo en su lugar, se deja caer y rueda fuera de nuestro alcance, pero no lo bastante deprisa. —¿Cómo era? en cuanto el producto esté disponible en. Te lo explicaré luego» (aunque, conociendo a Henry, es probable que no me explique nada. Me siento como un cabrón. Lucille se encuentra bien. Cuando Clare dibuja, mira como si el mundo hubiera desaparecido, y los únicos vestigios de civilización fueran ella y el objeto de su estudio. La madre y el padre estaban enamoradísimos, y me tuvieron a mí. Entra el aire fresco durante un segundo (en el que abro de golpe los ojos) y veo la rejilla metálica que separa la parte delantera del automóvil de la trasera, los asientos de vinilo cuarteados, las esposas en las manos, mis piernas con la carne de gallina, el cielo sereno a través del parabrisas, la gorra negra y con visera sobre el salpicadero, la tablilla de notas en la mano del oficial, su rostro rojizo, las cejas grisáceas y espesas y las mejillas caídas como cortinajes… Todo brilla, iridiscente, en colores parecidos a las alas de una mariposa, y el policía dice: —Eh, está teniendo una especie de ataque… Me castañetean los dientes con violencia, y ante mis ojos el coche patrulla desaparece y me encuentro echado de espaldas en el patio trasero de mi casa. Este hombre tan antipático dice que no es tu novio. —De acuerdo —replica Jason mirándome con odio. Por otro lado, eres tú quien siempre me azuza para que te cuente cosas del futuro. ¿Estás deprimido porque no hay mayonesa? Ayer me saqué el carnet de conducir, y mi padre me dijo que podía llevarme el Fiat a la fiesta de Ruth esta noche. ¡Sí! Hoy no me toca verlo; y para la próxima vez faltan veintidós días. Le cedo mi asiento en el metro, la sigo al supermercado, la observo cantar. —Oh…, lo siento. Mi pobre y joven yo: a esa edad mi espalda es delgada y mis escápulas sobresalen como alas incipientes. —Ha sido un placer. Me enderezo y me froto las muñecas, que todavía conservan la marca de las esposas. Oigo el viento y el graznido de los cuervos. —Oh, la, la —dicen Ruth y Laura al unísono. Clare me acaricia la nariz. Está increíblemente fuerte y amargo. Cuando yo era pequeño, imaginaba toda una sociedad de viajeros del tiempo, de la cual Henry, mi maestro, era el emisario, enviado para instruirme sobre mi inclusión final en esa vasta camaradería. ; nosotras cantamos y Mary Christina sopla las doce velas de una sola vez. —¿Henry? Bonito vestido, Clare. Clikea en una burbuja para ver el detalle, Con todas tus compras acumulas puntos bonus, Mix de Gaseosas: Coca Cola + Inca Kola Botella 3 Lt, ¡Listo! Dale click para una vista completa. —Cáncer de ovarios —le digo bajito. Yo, en cambio, deseo ser libre para actuar y que mis acciones signifiquen algo. Bebida Gaseosa. ¿Será demasiado pronto decírselo a los doce años? Lo ato con la cinta aislante hasta los hombros y me detengo, no quiero impedir que respire. Veo a mi madre junto a mí. —Sí que como. Es asqueroso. Clare sigue mis instrucciones y le pregunta si quiere más. —¿Qué te pasa, Clare? Es como si cada vez que me sonara la nariz fuera un acontecimiento histórico. Entonces Mary Christina dice: —Juguemos a la Ouija. WebSiendo que el nuevo producto era una sustancia gelatinosa, no saltaba o se derramaba y podía ser guardado en espacios altos fácilmente ya que venía en botellas mucho más pequeñas … INCA KOLA. —Me alarga un termo y dos bocadillos. Hay algunos que me gustan. No recuerdo adonde fui; quizá aquello solo representara un par de segundos para mí. —Tenía tu edad en 1975. —¿Quién… eres tú? —Ah. ¿Lo has preparado tú? WebEn la Tabla 3.1 se resumen los principales grupos de bacterias que se han identificado en muestras de heces humanas (Heavey y Rowland, 2004). —Eres una monja —la engaño. ¡Suscríbete al newsletter y recibe ofertas! —Sufrí un accidente de coche cuando era pequeño, y no me gusta subir a los automóviles. —pregunta sin levantar la vista. —Me como su torre con la reina. Domingo 10 de diciembre de 1978; Henry tiene 15 y 15 años HENRY: Estoy en mi dormitorio con mi otro yo. Era el día de Nochebuena por la mañana, y mi padre se encontraba en Viena porque pronto íbamos a mudarnos allí y había que buscar un piso. Por favor. Sin embargo se limita a decirme: —Pero, Clare… Eso implicaría conocer a una buena parte de tus amigos. —Hola, Clare. —Entonces es que eso ya habría ocurrido. —Conocer el futuro no tiene nada que ver con que te digan qué cosas te gustan. HENRY: No puedo creer que haya cometido un desliz verbal de esa magnitud. ¡Diez minutos y cuarenta y siete segundos! Me pregunto si debería decírselo. Todas las chicas dejan de hablar. Encarte Metro Fiestas Patrias 22-07 al 03-8. Hace frío, el viento corta y traspasa mi camisón. ¿Quién es Henry? Clare no levanta la vista de su falda. Estoy sentada junto a Laura, y apoyo la cabeza en su hombro. Henry tiene una expresión compungida. —Pues diciéndote que soy una persona. Se quedó con la boca abierta, y no podía apartar su mirada de mí. Ah, pues no lo sé. Me ha parecido que era Henry. Quiero decir que estoy lo bastante loco para utilizarla de verdad, y eso sería una estupidez. —Henry —dice, levantando la cabeza—, ¿quién es tu Beatle favorito? No creo que me guste. Solo me hirió. Entramos en el vestuario y… ¡abracadabra! Yo no te estoy convirtiendo en nada. —¿Le preocupas mucho? Me quedo mirándolo fijamente. ¿Estás bien? —Pero si en 1975 tenías doce… —Oh, lo siento. —Chico, espero que no —dice ella estremeciéndose. Es la misma. El día que las descubran, estoy perdido, porque tengo varias órdenes de arresto pendientes: allanamiento de morada, hurto en comercios, resistencia a la autoridad, violación del ebookelo.com - Página 55arresto, invasión de propiedad privada, exhibicionismo, robo, und so weiter. Después de cenar vemos Tú a Boston y yo a California en vídeo; la familia Heppworth nos vigila por turnos hasta que todas nos hemos puesto el pijama en el baño del segundo piso y nos apelotonamos en el dormitorio de Mary Christina, que está decorado completamente en rosa, incluso la moqueta. Clare es toda oídos; siempre se muestra ansiosa por atrapar cualquier fragmento de autobiografía que dejo caer. Ahora en serio, Clare, ¿por qué no acabas ebookelo.com - Página 77con esta situación de una vez por todas? Debes acceder para publicar una valoración. ¿Tan mayor te parezco? Clare apaga la luz piloto de un manotazo y, de nuevo, nos quedamos en la oscuridad. La representación que da en el Lincoln Center es retransmitida por televisión; veo el programa con los abuelitos en Muncie. —He traído champán y zumo de pera para preparar unos Bellini, pero me lo he dejado todo en el coche. En cuanto a Clare, lo único que sabes de ella es que se trata de una chica encantadora que, por alguna inexplicable razón, no sale con nadie. Nunca lo habría dicho. —Bien. Estos son los horarios de entrega disponible para tu distrito: Cliquea Enter después de cada item o sepáralos por comas (ej. —¿Es muy alto? A medida que las fechas del listado disminuyen y que se acerca el momento en que dejaré de verla durante dos larguísimos años, Clare está secretamente convencida de que puede encontrarme en el tiempo real si yo le proporciono unos cuantos datos. Qué poco femenino… Disculpa. —Es cierto —corrobora Clare, roja de satisfacción. No me importa. ¡Por el amor de Dios, Henry! WebCOCA COLA 3 LITROS Ofrecemos la mejor Calidad Precio delivery gratis Surquillo, San Borja, San Isidro,, Barranco, Miraflores, Celular ?999 203 011. —¿Porque habríamos podido morir en un brutal accidente? Creo que sé lo que ocurre: me parece que ya he oído antes esa historia. —Pero Clare… Hablamos de gustos personales. Recuerdo que me permitieron quedarme en la sala de estar durante una fiesta que daban mis padres para recitar «Tigre, tigre que brillante ardes» a los invitados, con una completa puesta en escena a base de gruñidos; tenía cuatro años, y cuando terminé, mi madre me cogió en volandas y me besó, y todos aplaudieron. —De enero de 2000. Tengo un hambre atroz. La caja está chafada, y al triangulito que señala las letras le falta la ventanita de plástico. WebCoca Cola - Wong.pe Coca Cola No encontramos resultados para “ ”. —Pero no eres mi novio. —Puedes seguir siendo guay después de muerto. Por otro lado, me niego a hablar con ellos, así que siguen sin saber mi identidad ni mi dirección. Crezco, te conozco, nos casamos, y ya está. —Solo puedo hacer aquello que no entra en contradicción con lo que ya ha sucedido —le explico sonriendo—. Se te ve delgada. —¿Papá? —Estaba hablando precisamente de eso con un yo de 1992 que me comentó algo interesante: dijo que pensaba que solo existe el libre albedrío cuando te encuentras en tu época, en el presente. He venido a enseñarte modales, puesto que ya has demostrado que no sabes lo que es eso. Echo un sueñecito. De repente, Clare dice—: Se comportaba como un loco de atar. —¿Cómo si Blancanieves hubiera entrado en coma? Me incorporo en la cama, escucho. ¿Por qué papá grita a Etta esta mañana? Eso es información altamente confidencial. No tardamos en acomodarnos frente a la ventana para presenciar la escena con ojos desorbitados. Destacados Abarrotes Wong 10 al 17 … Oigo a Jason gritándonos. —Lo siento. Sparkling beverage. —Detente ahí —me pide Clare, que me indica un punto justo debajo de la entrepierna de Jason. —Nos miramos, desconcertados. —Porque es tan… tan guapo. Costó mucho liberarlo. Más adelante caminamos de la mano y admiramos las ardillas, los coches, las palomas, cualquier cosa que se mueva. Apago el televisor y la lámpara de la mesita de noche. —Igual que tú. La cinta le arrancó todo el vello del pecho. Me siento junto a Ruth, la cual sonríe con expresión preocupada. Ella contempla a Jason como si el tipo fuera una mala pieza de arte conceptual. Me levanto y compruebo la cerradura. Después, ya no lo sé. Hay más chicos que chicas, y desearía haber venido con pantalones y zapato plano, pero ya es demasiado tarde para remediarlo. Wendy le pregunta a Francie qué talla de sujetador lleva Lexi, la hermana de diecisiete años de Francie. Clare termina el suyo, se arremanga los bajos de su tejano y se sienta con las piernas cruzadas. Me callo. Parece bastante joven, quizá tenga treinta y pocos años. Cuando nos cruzamos en la calle, me saludan; creen que soy alguien que vive en el vecindario, alguien que da muchos paseos, que lleva el pelo cortado de un modo extraño y parece oscilar misteriosamente de edad. —No lo entiendes. Ruth también coloca los suyos pero no se mueve nada. Quiero decir que no es que sea gay, ni nada por el estilo. Sin embargo, Clare no parece esperar una respuesta. No hables». Mi madre se pone pintalabios, perfilador de ojos, máscara para las pestañas, colorete y lápiz de cejas para ir a la tintorería. —Sí —le respondo bajito—. Domingo 27 de septiembre de 1987 Henry tiene 32 años, y Clare 16 HENRY: Me materializo en el prado, a más de cuatro metros del calvero. —No creo que haya más. Toma. —Es casi medianoche, y estoy a punto de convertirme en una calabaza. —¿Una chica que conociste en la escuela? Gracias. Puedes hacerle seguimiento a tu pedido de Coca Cola (1.5 Litros) a través de la aplicación. Se vuelve, esperando una respuesta, y yo sé lo que tengo que decirle… a él, a mí. —Sí. —Sí. —Nos quedamos en silencio durante unos instantes—. Mientras tanto yo estuve ausente de la escena durante diez minutos y cuarenta y siete segundos. De pequeña, eso no me creaba ningún conflicto; claro que no tenía ni idea de lo que eso significaba. Me siento como Harriet, la Espía, después de que sus compañeras de clase descubrieran su libreta de anotaciones secretas. Se aprende el papel de suplente de la Aida de Linea Waverleigh; y luego la eligen para cantar Carmen.